Teófilo Abreu
La actitud asumida por el Gobierno frente a la catástrofe en que se ha constituido un problema de salud como el dengue, que año tras año había sido manejado como una enfermedad endémica, ha dejado atónitos a muchos dominicanos.
¿Ha dejado de confiar el presidente Luis Abinader en los funcionarios del sector Salud?
¿Es el general (r) Juan Manuel Méndez García un experto en el área de salud y muy específicamente en dengue? Y de ser así, ¿por qué no está en uno de los hospitales militares como el Central de las Fuerzas Armadas o el Ramón De Lara?
Hacemos estas interrogantes al tratar de interpretar los cuestionamientos que se habrán hecho muchas personas, al conocer con asombro y hasta con cierto escepticismo la decisión del mandatario de designar un Gabinete de Acción Contra el Dengue, integrado por funcionarios de varias instituciones oficiales, bajo la dirección de Méndez García, director del Centro de Operaciones de Emergencia (COE).
Los que conocemos a Méndez García sabemos de su amor y entrega a la labor que realiza al frente del COE, donde, incluso, para aceptar su confirmación en ese cargo por el actual mandatario, puso como condición que no aceptaría el pago del sueldo correspondiente, aunque luego la verdad le dio en la cara.
Méndez García ha demostrado ser un servidor de sobrada capacidad y fortaleza a la hora de dar la cara frente a una amenaza de carácter ciclónico, y ha sido un gran aliado de la Oficina Nacional de Meteorología (ONAMET), junto a la Defensa Civil, la Cruz Roja Dominicana y otras instituciones oficiales.
Pero en el caso del dengue, ¿cuál es su conocimiento, que ha llevado al Presidente de la República a sobredimensionarlo?
¿Es que el mandatario ha perdido la confianza en los funcionarios responsables del sector salud, como el ministro de Salud Pública y el director del Servicio Nacional de Salud, para sólo citar dos ejemplos?
La respuesta podríamos encontrarla en el comportamiento que han asumido estos funcionarios frente a un problema harto conocido por las autoridades dominicanas, no obstante lo cual “nos han agarrado asando batatas”.
Cualquier ciudadano común podría desconocer cuáles son las épocas del año y las condiciones climatológicas en que se dimensiona la presencia del mosquito Aedes Aegypti, transmisor de esta peligrosa enfermedad, y hasta olvidar las medidas que se deben adoptar para prevenirla, evitando así los estragos que hemos estado padeciendo.
Pero para las autoridades sanitarias resulta inaceptable desconocer algo tan elemental, que pudo evitarle al país pérdidas lamentables de vidas humanas, mientras se gastan cuantiosos millones en publicidad gubernamental, que sólo apuntan a favorecer la campaña reeleccionista.
Las autoridades han hecho esfuerzos por esconder o minimizar las cifras aterradoras de muertes, mientras vemos y la triste realidad de los hospitales y clínicas, que ya no disponen de camas para internamiento por dengue, al extremo de tener que utilizar las áreas de emergencias para atender pacientes, mientras que desde diferentes localidades se conocen nuevos casos de fallecimientos por esta causa.
Todo esto se hubiera evitado, si las autoridades de Salud hubieran cumplido con su responsabilidad de emprender una efectiva campaña a tiempo, como se ha hecho en años anteriores, tal y como aconsejó el Colegio Médico Dominicano (CMD), y así no tendríamos que padecer, no un brote ni una epidemia, sino un peligroso huracán, como el que actualmente padece el país.
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