POR
CÉSAR DALMASÍ
En cualquier país del mundo la democracia como sistema necesita de una taxonomía o clasificación de partidos políticos, para así poder accionar y a su vez dar la oportunidad al ciudadano que libérrimamente se exprese en las urnas con la celebración de los diversos procesos electorales, ya sean presidenciales, congresuales, municipales o cualquier otra categorización que amerite la aplicación del derecho de elegir y ser elegido.
Como es sabido por todos, los partidos políticos hacen posible la democracia; a través de estos los ciudadanos viabilizan las decisiones mayoritarias que favorecen en igual medida al conglomerado social; de ahí la oportunidad que tiene la población de determinan o decidir cuál o qué partido lo va a representar para que el partido que sea llevado al poder tome decisiones favorables para la gente a través del gobierno central, de las diversas cámaras legislativas o las alcaldías.
Todo lo anterior es precisamente lo que ha ocurrido en la República Dominicana que los votantes decidieron en el último proceso eleccionario cuál partido de los del sistema quería que lo represente, le dijeron no al Partido de la Liberación Dominicana PLD y a su gobierno y prefirieron al Partido Revolucionario Moderno, esa población en aquella ocasión ejercicio su derecho y es lo que está también haciendo hoy esa misma población votante, partiendo de los resultados de las distintas encuestas que se realicen sean estas científicas o no, las cuales continúan dando como favorito al PRM y al gobierno del licenciado Luís Abinader.
Lo que indica la población votante en esas encuestas es que el PRM y su candidato Luís Abinader tendrán nuevamente la oportunidad de continuar gobernando nuestro país; oportunidad que tiene el presidente Luís Abinader para continuar desarrollando las acciones de cambios y transformaciones que necesita éste país, es otra oportunidad para que Abinader siga el proceso que ha iniciado en este primer período de gobierno de manejar decente y transparentemente los fondos públicos.
Un segundo período para continuar acortando la brecha digital y de la pobreza, para seguir trabajando a favor de una justicia independiente, de una policía reformada, también para seguir restableciendo la confianza en la población, es una segunda oportunidad de oro para que de una vez y por todas la República Dominicana sea resarcida del desastre vivido en gobiernos pasados en cuanto al irrespeto en el uso del erario.
Y me permito reiterar que es una oportunidad para que Abinader continúe proveyendo a la gente de un gobierno, pulcro, que maneje con verdadera honestidad los recursos públicos, en fin que se continúe con la lucha contra la corrupción, que es el flagelo más grande y devastador del cual hemos sufrido los dominicanos, en definitiva en un segundo período de Abinader los dominicanos disfrutarán de una mayor y mejor calidad de vida.
Para eso es un segundo período de Luís Abinader.