POR CÉSAR DALMASÍ.-
A propósito del mes dedicado a nuestra patria en la República Dominicana, me permito externar a todos mis compatriotas mi parecer particular entre otros tantos de cómo creo que debemos de honrar a la patria, de manera que los epígrafes siguientes van dirigidos con ese propósito.
Inicio diciendo que con gran frecuencia y en la cotidianidad de mi ejercicio profesional, realizo el trabajo de maestro de ceremonias para diversos actos y actividades tanto para instituciones estatales, privadas, militares y religiosas y en muchas de ellas cuando corresponde formal y oficialmente entonar las gloriosas notas del Himno Nacional Dominicano, antes o después de escuchar el mismo, hago hincapié en que además de escuchar y reverenciar nuestro canto patrio, existen otras formas y maneras de honrar a la Patria y en efecto se honra a la patria de variadísimas maneras.
Pero antes permítanme recordar que la Patria además de ser ese espacio físico y geográfico, también es en esencia ese sentimiento que se adentra en la profundidad indescriptible del ser humano, siendo por igual eso que se impregna en lo insondable del espíritu como la esencia vital que permite que algo permanezca en el espacio y en el tiempo; la patria es aquello que no se puede desligar de ti mismo, porque ese sentimiento se ha convertido en tu realidad total y absoluta y ya no eres tú sino aquello que sientes y que te unes indisolublemente al espacio geográfico que se ha determinado como tu patria.
Ahora bien, indiscutiblemente que todos sin excepción hemos tenido y tenemos la oportunidad de honrar a la patria; la honra el Presidente de la República cuando actúa apegado a los mejores y más sanos principios que norman la vida humana, apegado a la constitución y a las leyes; cuando se pone a la disposición y al servicio de la gente que él gobierna, también cuando no aprovecha su posición de Presidente para enriquecerse, hurtar e irrespetar el erario, entre otras cosas no menos importantes.
Que por cierto y vale decirlo, en la República Dominicana en los últimos tres años hemos visto cómo desde las distintas instancias gubernamentales y muy especialmente desde la primera magistratura del Estado se ha iniciado un proceso de honrar real y verdaderamente a la patria; porque se ha tomado la conciencia y la firme convicción de que respetar la moral y la ética en el ejercicio gubernamental, definitivamente que deviene en beneficio para la patria.
Pero la patria también la honra aquel dominicano empresario o comerciante, cuando este paga fiel y decorosamente sus impuestos, se honra a la patria cuando ese mismo empresario o comerciante no subvalúa sus facturas de importación ante las aduanas, o más aún, cuando no se pone en contubernio y se las ingenia para que su mercadería importada no pase por los registros aduanales y por vía de consecuencia no pagar el impuesto aduanal correspondiente; cuando no se hace nada de eso, se honra a la patria.
Por igual honra a la patria el dueño del colmado cuando la libra que le vende a su cliente es de dieciséis onzas y no de catorce, la honra el vendedor de plátanos en la furgoneta cuando le vende a su cliente cien unidades de plátanos y no noventa y nueve, la patria la honra aquel chófer de autobús o carro público cuando no acorta su ruta y cuando trata con decencia a su pasajero.
La patria se ve honrada cuando el religioso de cualquier denominación desde la congregación que dirige, le es fiel a Dios en todos sus principios y postulados, de la misma manera honra a la patria aquel humilde campesino de cualquiera de nuestros campos que va todas las madrugadas de sol a sol en el afán de hacer parir a la tierra para su propio sustento y producir para la alimentación de sus compatriotas, así tan sencillo se honra a la patria.
Pero también se honra a la patria cuando el militar o el policía sin importar su rango ejerce su función con un comportamiento decoroso, con actos y acciones pundonorosas, así se honra a la patria, pero lo mismo el médico que no engaña a su paciente, el abogado que se maneja éticamente, el periodista que dice la verdad y no le sirve a la mentira, lo mismo el ingeniero y demás profesionales. En definitiva todos podemos honrar a la patria cuando siempre hacemos lo correcto, lo honesto y lo decoroso. Y tú cómo honras a la patria?