Julio César Jiménez Martínez, el conductor de la yipeta Toyota RV-4 gris involucrado en el incidente donde un perro fue arrastrado por las calles de La Otra Banda en Higüey, ha emitido una declaración contundente en un video que se ha vuelto viral en las redes sociales.
En el video, Jiménez Martínez afirma que lo sucedido con el perro «no es como lo pintan» y rechaza la etiqueta de «asesino de perros» que se le ha impuesto. Explicó que ese día, al regresar a casa, se encontró con un olor insoportable a podredumbre y descubrió al perro moribundo sobre un mueble. Temiendo por la salud de su hijo, recientemente operado, y preocupado por una posible enfermedad contagiosa del animal, tomó medidas para proteger a su familia.
El conductor sostiene que trató de liberar al perro y lo amarró para evitar que ingresara nuevamente a su casa. Afirma que cuando lo arrastró con su vehículo, no se dio cuenta de la gravedad de la situación hasta que se detuvo y fue increpado por transeúntes.
Aunque reconoce que el video de la escena lo incrimina, Jiménez Martínez insiste en que actuó con la intención de proteger al perro y que nunca habría dañado a un animal deliberadamente. Apelando a su fe cristiana y a su historial como propietario de mascotas, afirma que aquellos que lo conocen sabrán que es una persona de buen corazón.
La situación ha generado un intenso debate en la comunidad, con opiniones divididas sobre la conducta del conductor y el trato hacia los animales. La defensa de Jiménez Martínez ha despertado una discusión sobre el equilibrio entre el deber de proteger a los animales y la responsabilidad de proteger a la familia en situaciones de emergencia.
