Varias decenas de personas salieron a las calles de Puerto Príncipe este jueves para exigir la renuncia del primer ministro, Ariel Henry, quien se encuentra en Puerto Rico después de un intento fallido de regresar a su país el martes.
La Policía Nacional de Haití (PNH) dispersó a los manifestantes con gases lacrimógenos mientras marchaban hacia la embajada de Canadá. Los ciudadanos levantaron barricadas en llamas en la autopista de Delmas, paralizando la actividad en la zona y reduciendo al mínimo la circulación del transporte público.
La manifestación, convocada por el partido político Pitit Dessalines, estuvo acompañada por una banda de música tradicional haitiana y los manifestantes exigieron la dimisión de Henry desafiando la prohibición de manifestaciones impuesta por el Gobierno.
La violencia en la capital de Haití ha alcanzado «niveles extremos», según una encuesta sobre mortalidad realizada por Médicos Sin Fronteras. La situación empeoró desde el asalto a las dos principales prisiones de la capital el sábado pasado, permitiendo la fuga de más de 3.000 presos.
La encuesta revela una «preocupante escalada de la violencia», con casi un 41 % de los fallecimientos en el barrio de Cité Soleil relacionados con la violencia, y un 13 % de los residentes declarando haber presenciado actos de violencia extrema en la calle.
Los enfrentamientos entre bandas armadas, la Policía y las brigadas civiles de autodefensa han empeorado en los últimos meses, con un aumento alarmante de homicidios y secuestros.
La situación en Haití sigue siendo crítica, con la población enfrentándose a la amenaza constante de violencia armada y a una creciente crisis humanitaria.