Michel Talagrand, galardonado con el Premio Abel, reveló su sorpresa por haber recibido el prestigioso reconocimiento durante una videoconferencia con la Academia Noruega. A pesar de su experiencia en matemáticas, confesó que quedó totalmente en blanco por unos segundos al enterarse de la noticia, comparando su asombro con la idea de que una nave extraterrestre aterrizara frente a la alcaldía.
Su elección por las matemáticas tuvo un origen singular: a los 15 años sufrió múltiples desprendimientos de retina, lo que le llevó a vivir con el temor de quedarse ciego durante una década. Para sobrellevar esa situación y debido a que no podía realizar actividades físicas con sus amigos, se sumergió en el estudio de las matemáticas, una disciplina que su padre, profesor en la materia, le transmitió de forma natural.
La Academia Noruega destacó tres contribuciones de Talagrand en campos especializados, incluyendo el supremum de procesos estocásticos y la concentración de medidas. Su trabajo ha permitido una mejor comprensión de los procesos aleatorios, especialmente aquellos descritos por la distribución de Gauss, que es fundamental en muchos fenómenos de la vida cotidiana.
Talagrand donará el premio Abel a una fundación que creará con el dinero del Premio Shaw que recibió en 2019. Esta fundación, que comenzará a otorgar su propio premio a los avances en matemáticas en aproximadamente diez años, refleja su compromiso con el avance y la promoción de esta disciplina. Con esta distinción, Talagrand se une a una lista notable de laureados franceses con el Premio Abel.
