¿Cuenta regresiva? «El mundo abre paso al hombre que sabe a dónde va». Ralph Waldo Emerson

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Por: Agustín Perozo Barinas

Según Ipsos, la empresa multinacional de investigación de mercados y consultoría con sede en París, que ofrece información confiable y una comprensión de la sociedad, los mercados y las personas, las preocupaciones mayores al presente, en orden de importancia, de la población mundial son:

Desempleo

Pobreza e inequidad social

Corrupción política y financiera

Crimen y violencia

Cuidado de la salud

Atención médica 

Educación

Impuestos

Cambio climático

Inflación

Control migratorio

Declive moral

Amenazas contra el medioambiente

Aumento del extremismo

Terrorismo

Mantenimiento de los programas sociales

Acceso a crédito

Obesidad infantil

Curiosamente dos temas no aparecen en la lista: la posibilidad de un escalamiento de la guerra en Europa y el nivel de endeudamiento de los países y las personas. 

«Animus in consulendo liber» es el lema de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), una frase en latín que significa «espíritu libre para decidir», o «el debate en libertad», con la que el historiador Salustio se refería a una de las virtudes que explicaban la fortaleza de la vieja Roma: la posibilidad de debatir libremente. El contexto original del lema de Salustio, que proviene del discurso de Catón el Joven ante el Senado romano, es el siguiente: «Pero hubo otras cualidades que los hicieron grandes, cualidades que no poseemos nosotros: diligencia en el hogar, justo dominio en el extranjero, espíritu libre para tomar decisiones, no sometido ni a culpa ni a pasión desenfrenada». 

Ojalá también dejen deliberar libremente, lo mismo aplicable a Rusia, a los demás países del planeta en un tema tan crucial para todas las naciones. Todos los malvados se autodestruyen si no logran superar su maldad. Dicho de otra manera, según Salmos 33:21: «Al malvado lo destruye su propia maldad».

Los mercados globales financieros y de productos básicos (commodities) son especulativos y sujetos a la estabilidad, o inestabilidad, del mundo. La situación en Ucrania, y el posible enfrentamiento y desbordamiento bélico entre Rusia y la OTAN, es pólvora suficiente para desequilibrar aún más estos mercados resultando en agregadas cargas inflacionarias a las ya heredadas por la pandemia del COVID y sus secuelas con el transporte marítimo mundial y las cadenas de suministro, consecuencias que todos conocemos y por las que pagamos un alto precio. 

Sobre la enorme deuda global, también tiene sus graves consecuencias en un entorno tan volátil y frágil. La mayoría de las economías nacionales tienen déficits fiscales que presionan sus presupuestos. Y sabemos que la salud de una economía bajo presiones de estos tipos y niveles se refleja en las economías de los ciudadanos y de las empresas.

¿Por qué entonces estos dos puntos neurálgicos no aparecen en la lista? ¿Manipulación política de la percepción ciudadana? ¿Los políticos declaran las guerras? ¿Los políticos generan las deudas públicas? No. Los políticos son las herramientas de gestión y ejecutores del verdadero poder detrás de los telones. Nada nuevo. 

En las redes sociales circula esta reflexión: «El ladrón vulgar te roba el móvil, el auto, el dinero, el reloj, la cadena y bagatelas. Sin embargo, el político te roba la salud, la vivienda, la educación, la pensión, la recreación, el trabajo, la tranquilidad, la seguridad, el futuro, la felicidad y hasta la conciencia. Y concluye: El primer ladrón te elige a ti. El segundo ladrón lo eliges tú».

Un político, no rico y auditado, ya como funcionario designado (civil o militar) o electo (presidente, vicepresidente, legislador o edil), que en ocho años de ejercicio salga con un incremento patrimonial de 30, o más, millones de pesos dominicanos (US$1=RD$58), no fue al cargo a servir al país, fue a hacerse millonario con recursos públicos. Los ingresos y privilegios excesivos en el Estado estimula a las mentes delincuenciales a incursionar en la política desplazando lo bueno de las sociedades para estas funciones.

Son muy buenos teorizando, pero en la práctica de desvalijar las arcas públicas son mucho mejores. ¿Quiénes permitieron el ingreso sostenido al territorio dominicano de cientos de miles de haitianos indocumentados durante más de veinticinco años, desnacionalizando los mercados laborales dominicanos,

quebrantando las leyes migratorias y laborales en un gran negocio desarrollado en la misma frontera y en los cinco consulados dominicanos en Haití? 

Según estimaciones de la Junta Agroempresarial Dominicana más del 90% de los trabajadores operativos en el sector agropecuario son de origen extranjero y esta cifra llega al 100% en algunas zonas y cultivos. En el sector construcción la mano de obra haitiana ha ido desplazando a la mano de obra dominicana. Igualmente en servicios en el sector turístico y otros no menos importantes. 

Soltemos los políticos; ya los conocemos. Deberían eliminar los subsidios millonarios a la claque política en la Junta Central Electoral, y aquellos a través de salarios, pensiones y privilegios exorbitantes y destinar esos recursos para fortalecer la agropecuaria nacional.

Sigamos con la retórica nuclear, que el solo hecho de intensificarla es un mal presagio: el ser humano siempre, históricamente, ha utilizado las armas de su creación. Hiroshima y Nagasaki lo reconfirmó: no importa el poder destructivo del arma, tarde o temprano se utilizará. 

Por ello es insólito que no aparezca en la lista este punto cuando casi todos estamos con la incertidumbre y temor de que nos llegue como relámpago la noticia que un artefacto nuclear ha sido lanzado contra un objetivo adversario. 

El secretario general de Naciones Unidas alertó que «el Consejo de Seguridad está más dividido que nunca con el mundo actual entrando en la era del caos; una peligrosa e impredecible ley de la selva donde reina la total impunidad con amenazas como una crisis climática desbocada, una inteligencia artificial sin regulación, unas instituciones internacionales no representativas y unas desigualdades cada vez más agudas. La mitad de la humanidad irá a elecciones en un momento en que cada vez más gente está perdiendo confianza en las instituciones y fe en el proceso político. No es la primera vez que el Consejo de Seguridad, principal herramienta para la paz mundial, está estancado debido a las fisuras geopolíticas. Pero es la peor. La disfunción actual es más profunda y peligrosa. Durante la Guerra Fría, mecanismos establecidos ayudaron a gestionar las relaciones entre las superpotencias. Pero en el mundo multipolar actual no existen tales mecanismos; escenario empeorado por la nueva proliferación nuclear y el desarrollo de nuevas formas para matarse unos a otros y para que la humanidad se aniquile a sí misma. Los conflictos armados en el mundo tienen atrapados a millones de personas para las que la vida es un infierno diario y mortal, ya sea para los que mueren como para los que huyen de la violencia a la que calificó como una herida gangrenada en nuestra conciencia colectiva. Junto a la proliferación de conflictos, las necesidades humanitarias mundiales están a un nivel sin precedentes. Los países en desarrollo están viviendo el lustro más amargo desde hace treinta años, muchos de ellos afrontando una deuda impagable y en niveles récord. Entre los cambios que el mundo necesita está una reforma del sistema financiero internacional, cuyo diseño es anticuado, disfuncional e injusto, además de que favorece a los países ricos que lo diseñaron y a que se establezca una herramienta de urgencia para mejorar las respuestas internacionales para impactos mundiales complejos».

Una tercera detonación con fines ofensivos de un artefacto nuclear esfumará de plano la lista completa de preocupaciones que compartimos y la prioridad sería sobrevivir a toda costa atestiguando el fin de nuestra civilización y el retorno a épocas remotas ya superadas. 

Las guerras se alimentan del odio y de intereses. Intereses muy complejos. Desmontar un conflicto bélico es mucho más difícil que prevenirlo. Terminamos entonces con dos frases que se ajustan a estas circunstancias: «¹La guerra no es un fenómeno independiente, sino la continuación de la política por diferentes medios. ²No hay nada que la guerra haya conseguido que no hubiésemos podido conseguirlo sin ella». Von Clausewitz¹/Ellis²

Autor del libro sociopolítico La Tríada II en Librería Cuesta.

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