Si tan solo los ejecutivos de los Astros hubieran ampliado su oferta inicial en el draft internacional de 2015, hoy podrían contar con una estrella adicional entre sus filas: Juan Soto. El equipo de Operaciones de Scouteo de Houston estuvo presente desde el principio en la presentación de la rica clase de novatos de ese año en Miami, quedando impresionados con las habilidades de Soto desde el primer momento.
Con una mecánica de bateo excepcional, un sólido brazo, destreza en el campo y habilidades como jardinero, Soto captó la atención de los cazatalentos de los Astros. Sin embargo, el equipo solo disponía de alrededor de 800 mil dólares para invertir en nuevos jugadores, una cantidad insuficiente para igualar las ofertas de otros equipos por el joven de 15 años.
Para Román Ocumarez, uno de los cazatalentos de los Astros en ese momento, Juan Soto era el jugador que más les impresionaba. Ocumarez realizó esfuerzos para convencer a sus superiores en Houston de aumentar la oferta para adquirir al joven talento, pero lamentablemente no tuvo éxito.
Finalmente, los Nacionales se hicieron con Soto por 1.5 millones de dólares, convirtiéndose en uno de los mejores talentos del juego en la actualidad. A pesar de los éxitos de Ocumarez en la firma de otros jugadores destacados, como Framber Valdez y Cristian Javier, él lamenta no haber podido asegurar a Soto para los Astros.
Hoy en día, Juan Soto es reconocido como una de las estrellas más brillantes del béisbol, y su ausencia en el equipo de los Astros es una oportunidad perdida que podría haber llevado al equipo a un nivel aún más alto de éxito en el campo.
