El polvo del Sáhara, una masa de partículas compuesta por hierro, sal, sílice y materia orgánica, incluyendo virus, hongos, bacterias y ácaros, ha capturado la atención de expertos y público en general debido a sus efectos en la salud humana.
Según explica la dermatóloga Sonica Then, estas partículas pueden tener un impacto negativo en la salud, especialmente en el sistema respiratorio y la piel. La exposición al polvo del Sáhara puede desencadenar problemas respiratorios, como exacerbación de asma, bronquitis e irritación de las vías respiratorias.
Además, la presencia de materia orgánica en el polvo del Sáhara plantea preocupaciones adicionales, ya que puede aumentar el riesgo de infecciones y alergias cutáneas. Los virus, hongos, bacterias y ácaros transportados por el viento pueden entrar en contacto con la piel, causando irritación, erupciones cutáneas y otras afecciones dermatológicas.
Ante la llegada de esta masa de partículas, es importante tomar precauciones para proteger la salud. Usar mascarillas adecuadas y mantenerse en interiores cuando la concentración de polvo del Sáhara es alta puede reducir la exposición y minimizar los efectos adversos en el cuerpo.
Si bien el polvo del Sáhara es un fenómeno natural, su impacto en la salud humana subraya la importancia de estar informado y preparado para hacer frente a sus efectos. Mantener una buena higiene personal y seguir las recomendaciones de los expertos puede ayudar a mitigar los riesgos asociados con esta nube de arena que viaja a través del océano.