Durante muchos años, el ayuno intermitente ha sido una estrategia popular para perder peso y cumplir con prácticas religiosas. Aunque generalmente se considera seguro, algunos estudios recientes sugieren que comer con restricción de tiempo podría aumentar los problemas cardíacos.
¿Qué es el Ayuno Intermitente?
El ayuno intermitente implica varias formas de restringir el tiempo durante el cual se consume comida. El método 16:8, uno de los más populares, consiste en comer solo durante ocho horas al día y ayunar las 16 horas restantes. Muchas personas que siguen este método suelen omitir el desayuno. Sin embargo, los resultados de un estudio reciente sugieren que las personas que restringen su alimentación a una ventana de ocho horas tienen casi el doble de riesgo de muerte relacionada con problemas cardíacos en comparación con aquellas que comen libremente.
El Dr. Francisco Lopez-Jimenez, cardiólogo de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota, advierte que el ayuno intermitente no es adecuado para todos. «De hecho, el ayuno intermitente se ha vuelto popular porque los estudios sobre moscas de la fruta muestran que en realidad viven más tiempo cuando se les restringen las calorías. Pero no somos moscas», explica el Dr. Lopez-Jimenez.
El ayuno intermitente puede promover la pérdida de peso, mejorar la sensibilidad a la insulina y reducir la inflamación. Sin embargo, investigaciones recientes indican que esta práctica podría aumentar los riesgos cardiovasculares. «Este estudio reciente mostró que la gente que practica el ayuno intermitente tiene el doble de probabilidad de morir de una enfermedad cardíaca o morir en general que la gente que no practica el ayuno intermitente», afirma el Dr. Lopez-Jimenez.
1. Ayuno en días alternos: Comer de forma normal un día y ayunar al siguiente.
2. Ayuno 5:2: Comer normalmente durante cinco días y restringir las calorías durante dos días.
3. Ayuno diario con restricción de tiempo: Comer durante un periodo limitado cada día, como el método 16:8.
El estudio preliminar sobre el ayuno intermitente y las enfermedades cardiovasculares ofrece una perspectiva importante en un tema de creciente interés y debate. Si bien es necesario realizar más investigaciones para confirmar estos hallazgos, es evidente que este enfoque de la alimentación no es una solución universal y que su implementación debe hacerse con cuidado y consideración de los riesgos potenciales para la salud cardiovascular.
Las razones subyacentes a los factores de riesgo no están claras, por lo que es recomendable consultar a un equipo de atención médica antes de intentar realizar el ayuno intermitente.
