Néstor Aguilar Soto, conocido como “Tito” o “Nuni”, es el único acusado del brutal asesinato de Catalina Gutiérrez, la joven influencer hallada muerta en Córdoba. Soto, de 21 años, se presentó ante la Justicia para declarar como conocido de la víctima y terminó confesando el crimen. “Era el amor de mi vida”, afirmó según medios locales. Será indagado la próxima semana por el fiscal José Mana, quien también recibirá a la familia de la víctima el lunes.
Soto, originario de Bariloche, estudió en el colegio religioso Don Bosco. Hace tres años se mudó a Córdoba para estudiar Arquitectura en la Universidad Nacional de Córdoba, donde entabló amistad con Catalina. Ambos compartieron varios momentos dentro de la facultad, según sus publicaciones en Instagram.
Hasta ahora, Soto no tiene antecedentes penales. El fiscal de Instrucción Capital, Distrito 3, José Alberto Mana, lo indagará la próxima semana. La imputación inicial es homicidio simple, sin el agravante de violencia de género. La investigación continuará con peritajes, recopilación de testimonios y análisis de celulares.
Los investigadores indicaron que Soto y Catalina mantenían una relación de amistad. Marcelo Gutiérrez, padre de Catalina, describió a Soto como alguien cercano a su hija, quien lo había invitado a su casa en múltiples ocasiones. A pesar de esto, el padre exigió justicia y expresó su deseo de que Soto sea encarcelado de por vida.
Soto se presentó en la Unidad Judicial como testigo, pero su relato tuvo inconsistencias y terminó confesando el asesinato. El cuerpo de Catalina fue encontrado en la madrugada del jueves en el asiento trasero de un Renault Clio, en un descampado de la capital cordobesa. El auto tenía evidentes signos de haber sido quemado, con las llamas alcanzando el cuerpo de Catalina después de su muerte. Según el informe preliminar, la joven murió por asfixia por estrangulamiento tras ser brutalmente golpeada.
