Comunicado de Prensa:
Este lunes, cientos de habitantes de Puerto Príncipe tomaron las calles para manifestarse en contra de la creciente inseguridad que afecta a Haití, un país que en los últimos meses ha sido escenario de violentos ataques por parte de agrupaciones criminales. La protesta, que se extendió por varios barrios de la capital, es un claro reflejo del hartazgo de la población frente a la impunidad con la que operan las bandas armadas.
Los manifestantes, muchos de los cuales cubrieron sus rostros para evitar represalias, marcharon portando ramas de árboles y acompañados por una banda, encendiendo neumáticos en distintos puntos clave de la ciudad, como los barrios de Solino y Nazon, así como en la avenida John Brown Lalue. En medio de la tensión, la Policía haitiana intentó dispersar a la multitud con gases lacrimógenos, lo que generó un ambiente aún más tenso entre los asistentes.
Uno de los residentes de Solino, un barrio que ha sido repetidamente atacado por bandas armadas, expresó su frustración: «La Policía nos impide manifestarnos. Nos bombardeó con gases lacrimógenos. Están conspirando para tomar el control de Solino, para obligarnos a abandonar el barrio». El manifestante hizo un llamado directo al líder criminal Jimmy Cherisier, conocido como «Barbecue», para que cesen los ataques en la zona.
El impacto de la protesta se sintió en toda la ciudad, paralizando el tráfico y causando grandes atascos en puntos neurálgicos, incluida la autopista de Delmas. La situación en Solino es especialmente crítica; solo el día anterior, varias casas fueron incendiadas y decenas de familias tuvieron que huir, buscando refugio en campamentos improvisados donde las condiciones son deplorables.
La violencia en Haití ha alcanzado niveles alarmantes, y el barrio de Solino se ha convertido en un foco de conflicto debido a su ubicación estratégica, lo que lo hace vulnerable a los ataques de las bandas armadas. Según la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (Binuh), más de 1,379 personas fueron víctimas de la violencia solo en el segundo trimestre de 2024, elevando la cifra a casi 3,900 en lo que va del año.
El gobierno haitiano ha renovado el estado de emergencia en varias regiones del país, incluyendo Puerto Príncipe, en un intento por recuperar el control y restaurar el orden público. Mientras tanto, las tropas kenianas de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad continúan desplegadas en el territorio, respaldadas por la ONU, en un esfuerzo por frenar la ola de violencia que azota a la nación caribeña.
La situación en Haití sigue siendo extremadamente volátil, y la comunidad internacional observa con preocupación los eventos en curso, mientras los habitantes de Puerto Príncipe claman por seguridad y paz en medio del caos.
