Por el abogado y escritor
Licdo. Bolívar Ureña Marte
Se ha censurado de forma despiadada la entidad en sí y no a sus funcionarios destacados ni al Congreso Nacional que los elige para cada periodo de gestión que ha resultado en frecuentes fracasos, pero la institución como tal no tiene responsabilidad alguna en las malas elecciones de las autoridades ni del bochornoso desempeño de los miembros seleccionados.
He escuchado contra la institución fiscalizadora epítetos muy inmerecidos, como: “la Cámara de Cuentos”, refiriéndose a que en ese lugar no se va a trabajar sino a holgazanear, como también “la maquillista”, queriendo significar que allí se maquillan auditorias, y finalmente, que “a la Cámara de Cuentas le cayó la maldición del Bambino”, que refiere que la entidad no pega una, como pasó con los Rex Sox (Medias Rojas de Boston) que luego de vender a Babe Ruth a los New York Yankees, pasaron 86 años sin ganar una serie mundial (1918-2004).
La verdad es que la Cámara de Cuentas ha sido víctima de una gran conspiración de intereses de poder para que no funcione y la corrupción tenga cancha libre como ha pasado de manera histórica en la República Dominicana, es a partir de ahí que en este artículo en lo adelante vamos a señalar algunos atentados que han tenido lugar contra la misma en diferentes escenarios y momentos.
Atentado núm. 1. Estuvo dado por la supresión y desmantelamiento de las tres (3) oficinas regionales de la Cámara de Cuentas que funcionaban para el Sur, Este y Norte del país, por iniciativa de Andrés Terrero Alcántara.
Atentado núm. 2. El presidente de la Cámara de Cuentas, licenciado Andrés Terrero Alcántara, propuso al pleno de miembros y fue aprobada, la anulación de 230 auditorías realizadas por la gestión saliente. Estas auditorías estaban terminadas y en proceso de revisión para ser publicadas, las que se habían practicado a distintas entidades públicas de la gestión de gobierno correspondiente al año 2006.
Atentado núm. 3. Fue perpetrado contra el extrapoder de control de los bienes del erario, el 28 de enero del 2015, cuando un reducido grupo de jueces del Tribunal Constitucional, en complicidad con el señor Héctor Valdez Albizu, gobernador del Banco Central, emitió la Sentencia núm. TC/0001/15. Expediente TC-01-2005-0005, que mutiló la Ley núm. 10-04 del 20 de enero del 2004, Orgánica de la Cámara de Cuentas, afectando sus artículos 32 y 35.
Atentado núm. 4. El allanamiento sin precedentes históricos, realizado por el Ministerio Público, en fecha 22 de febrero del año 2021, contra las instalaciones y miembros de la Cámara de Cuentas, presidida por el llamado maquillista de las auditorías, licenciado Hugo Álvarez Pérez. Participaron al menos 23 fiscales y 150 policías, dirigidos por la Procuradora Adjunta, directora general de persecución del Ministerio Publico, licenciada Yeni Berenice Reynoso, y el Procurador Adjunto director de la Procuraduría Especializada de Persecución de la Corrupción Administrativa (PEPCA), licenciado Wilson Camacho, mediando el silencio culposo del Ministerio Público con la ausencia de sometimiento ante el tribunal correspondiente a los miembros del pleno de la Cámara de Cuentas denunciados como maquillistas de auditorías.
Atentado núm. 5. El martes 13 de abril del año 2021, en lo que representa un nuevo atentado contra la Cámara de Cuentas, en elSenado de la República se realizó la distribución negociada delos cinco (5) miembros del pleno de la Cámara de Cuentas por los partidos políticos representados en dicho Senado, resultando favorecidos los licenciados Janel Andrés Ramírez Sánchez, presidente; Elsa María Catano Ramírez, vicepresidente;Tomasina Tolentino de Mackenzie, secretaria; Mario ArturoFernández Burgos, miembro; y Elsa Peña Peña, miembro, y como consecuencia de eso todo el dolor de cabeza posterior que ha resultado para la sociedad dominicana.
Todo lo anterior representa sólo una muestra probatoria de todo el daño que se ha realizado a la transparencia que debe existir en el país en el manejo de los fondos públicos, a partir de los atentados interesados perpetrados contra la Cámara de Cuentas de la República.
