El líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, ha tomado medidas severas contra varios funcionarios locales tras las devastadoras inundaciones que han azotado partes del país en las últimas semanas. Según reportes de medios estatales, Kim mostró su frustración y descontento durante una inspección a las zonas afectadas, culpando directamente a los funcionarios locales por lo que consideró una mala gestión y falta de preparación ante los desastres naturales.
Las lluvias torrenciales provocaron desbordamientos de ríos y graves daños en infraestructura, viviendas y campos agrícolas, agravando la ya crítica situación alimentaria del país. Las imágenes difundidas por la televisión estatal mostraban a Kim Jong Un expresando su ira hacia las autoridades locales, a quienes acusó de no haber seguido adecuadamente las políticas del gobierno central para la protección de los ciudadanos.
El castigo a estos funcionarios ha sido severo, aunque los detalles específicos no han sido revelados. Sin embargo, se sabe que en Corea del Norte este tipo de sanciones pueden ir desde destituciones hasta medidas más extremas, como el encarcelamiento o trabajos forzados.
Kim también ordenó una movilización masiva de recursos y tropas del ejército para ayudar en las labores de reconstrucción y asistencia a los damnificados. Las inundaciones han empeorado las condiciones económicas y sociales de un país ya aislado y enfrentado a sanciones internacionales, lo que aumenta la presión sobre el gobierno norcoreano para mejorar la infraestructura y la respuesta ante desastres.
En sus declaraciones, Kim también instó a la población a mantenerse firme y resiliente, a la vez que reafirmó su compromiso de mejorar las condiciones de vida de los norcoreanos, aunque las soluciones parecen cada vez más desafiantes en un país con severas limitaciones económicas.
