Por Richard Cabrera, Portada Nacional. Desde RD para el mundo.
Una serie de bombardeos masivos por parte de Israel en territorio libanés ha dejado un saldo de al menos 274 muertos en solo unas horas este lunes, según informes del Ministerio de Salud Pública del Líbano. Entre las víctimas fatales se cuentan 21 niños, 39 mujeres y dos trabajadores sanitarios. Además, más de 1,000 personas han resultado heridas, muchas de ellas en estado crítico.
Este ataque marca la jornada más sangrienta que ha vivido el Líbano desde el final de su guerra civil en 1990. La intensidad de los bombardeos ha sorprendido al mundo y ha sido comparada con la brutalidad de las invasiones israelíes en Gaza, escalando las tensiones en la región a un nivel alarmante.
El peor ataque en décadas
Las cifras de muertos y heridos continúan aumentando a medida que las autoridades intentan rescatar a sobrevivientes de los escombros de edificios derrumbados y áreas residenciales severamente afectadas. Equipos de rescate y voluntarios libaneses trabajan bajo condiciones extremadamente peligrosas para asistir a los heridos y recuperar cuerpos, en medio de un ambiente de terror e incertidumbre.
Consecuencias humanitarias
Los hospitales en Beirut y otras ciudades cercanas se encuentran desbordados por la cantidad de heridos que llegan a las instalaciones. Médicos y trabajadores de salud han descrito la situación como desesperada, con escasez de suministros médicos, camas y personal para atender a las víctimas.
La comunidad internacional ha comenzado a expresar su preocupación por la escalada de violencia, instando a Israel y Líbano a retomar el diálogo y detener los ataques. No obstante, hasta el momento, las perspectivas de una tregua parecen lejanas.
Este devastador ataque no solo marca un nuevo punto de inflexión en el conflicto, sino que también expone la vulnerabilidad de la población civil en una región ya plagada de violencia y tensiones históricas.