Las fuerzas ucranianas lanzaron un ataque contra una terminal petrolera rusa en Crimea, que provee combustible esencial para la campaña militar de Rusia. Este ataque, confirmado por el ejército de Ucrania, marca un nuevo intento por debilitar el potencial militar y económico del Kremlin, mientras que el presidente Volodymyr Zelenskyy declaró que el conflicto ha entrado en una «nueva fase».
El objetivo del ataque fue la terminal en Feodosia, ubicada en la costa sur de la península de Crimea, territorio que ha estado bajo control ruso desde 2014. Las autoridades prorrusas en Feodosia informaron sobre un incendio en la instalación, aunque no detallaron la causa exacta. Ucrania ha intensificado sus ataques a instalaciones estratégicas dentro de Rusia y Crimea, utilizando drones de largo alcance para golpear refinerías y depósitos de armas vitales para el esfuerzo bélico de Moscú.
Este ataque es parte de una estrategia más amplia de Ucrania para interrumpir la capacidad de Rusia de abastecer a sus tropas, especialmente en la región de Donetsk, donde las fuerzas rusas han estado presionando a las defensas ucranianas. En medio de este conflicto prolongado, ambos bandos enfrentan el reto de sostener una guerra de desgaste que se extiende ya por más de dos años.
Zelenskyy también subrayó la importancia de la próxima reunión en la Base Aérea Ramstein, en Alemania, donde los ministros de Defensa de más de 50 países aliados discutirán el suministro de armas a Ucrania. Kiev sigue esperando luz verde para el uso de armas de largo alcance contra objetivos en territorio ruso, una solicitud que podría obtener respuesta en este encuentro crucial.
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