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Los Ángeles, EE.UU. – Tres décadas después del polémico juicio que condenó a cadena perpetua a los hermanos Erik y Lyle Menéndez, el fiscal de Los Ángeles, George Gascón, ha solicitado una nueva sentencia que les permita optar a libertad condicional. El anuncio llega tras la revisión de pruebas adicionales, en un caso que aún genera división entre la opinión pública y dentro de la propia fiscalía.
Condenados en 1996 por el asesinato de sus padres en su residencia de Beverly Hills en 1989, los hermanos Menéndez argumentaron haber sido víctimas de abusos sexuales y amenazas de su padre, lo cual motivó sus actos. En aquel juicio, sin embargo, la fiscalía afirmó que los hermanos asesinaron a sus padres para obtener la herencia familiar. La defensa no pudo presentar pruebas sobre los presuntos abusos debido a restricciones impuestas en el segundo juicio.
Según Gascón, los hermanos Menéndez, de 21 y 18 años al momento del crimen, cumplirían criterios de la legislación actual, que permite a personas menores de 26 años en el momento de su condena buscar alternativas de sentencia. Esto, sostiene, les da derecho a que sus sentencias de cadena perpetua se modifiquen a casa por cárcel con posibilidad de libertad condicional.
El caso ha despertado un debate acalorado, especialmente entre quienes creen que los hermanos deben permanecer en prisión y aquellos que apoyan su posible liberación bajo las nuevas condiciones.