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Este martes, los puertorriqueños comenzaron a votar en unas elecciones generales que se perfilan como históricas, dada la cerrada competencia entre el gobernante Partido Nuevo Progresista (PNP) y la emergente Alianza de País, una coalición de fuerzas independentistas y ciudadanas. Los centros de votación estarán abiertos de 9:00 a.m. (13:00 GMT) a 5:00 p.m. (21:00 GMT), permitiendo a los ciudadanos elegir a su próximo gobernador, así como representantes, senadores y alcaldes de toda la isla.
Desde temprano, y a pesar de las fuertes lluvias, decenas de personas se formaron en colegios del área metropolitana, demostrando el compromiso cívico que caracteriza a esta jornada. Los principales candidatos a la gobernación incluyen a Jenniffer González, del PNP; Juan Dalmau, de la Alianza de País; Jesús Manuel Ortiz, del Partido Popular Democrático (PPD); y Javier Jiménez, de Proyecto Dignidad (PD).
Según las encuestas, González lidera con un estimado del 37% de los votos, seguida por Dalmau con el 29%, Ortiz con el 22% y Jiménez con el 7%. Sin embargo, un reciente sondeo de El Vocero indicó que la contienda está más ajustada, situando a González y Dalmau en un virtual empate. Si Dalmau ganara, marcaría un hito al convertirse en el primer candidato independentista en alcanzar la gobernación, rompiendo así el dominio histórico del PNP y el PPD.
La Alianza de País, compuesta por el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) y el Movimiento Victoria Ciudadana (MVC), ha ganado un apoyo significativo, respaldada por figuras influyentes como Bad Bunny, Ricky Martin y Residente. Incluso un segundo lugar sería un logro notable, considerando que el PNP y el PPD se han alternado el poder por décadas.
A medida que se intensifica la competencia, también han surgido preocupaciones sobre posibles irregularidades. Un tribunal aprobó recientemente una solicitud del PNP para permitir el conteo del voto adelantado sin que estén presentes representantes de todos los partidos, lo que ha despertado dudas entre algunos sectores sobre la transparencia del proceso.
Además de elegir a sus líderes, los puertorriqueños participarán en una consulta no vinculante sobre el estatus político de la isla, pudiendo optar entre estadidad, independencia o soberanía en libre asociación. Aunque esta consulta no cuenta con el aval del Congreso de los Estados Unidos, su resultado podría dar señales importantes sobre el sentir popular respecto al futuro político de Puerto Rico.