Getting your Trinity Audio player ready...
|
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, felicitó a Donald Trump tras su victoria en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, donde el republicano superó ampliamente a la candidata Kamala Harris. En su mensaje, Maduro se mostró optimista, afirmando que esta victoria abre la posibilidad de «un nuevo comienzo» en las relaciones entre ambas naciones.
Las tensiones entre Venezuela y Estados Unidos se intensificaron durante el primer mandato de Trump, que implementó sanciones estrictas contra el gobierno de Maduro y la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), y en 2019 rompió relaciones diplomáticas con el país suramericano. Sin embargo, Maduro ahora dejó abierta la puerta para una nueva fase de cooperación, reconociendo que el primer gobierno de Trump fue perjudicial para Venezuela, pero sugiriendo: «Es un nuevo comienzo para que apostemos a un ganar-ganar».
Un Mensaje de Paz y Cooperación
El gobierno venezolano también emitió un comunicado en el que expresaba su deseo de construir una relación basada en paz y respeto mutuo con el pueblo estadounidense. Maduro subrayó en televisión estatal su disposición a mantener “relaciones positivas” con Estados Unidos y el mundo entero, destacando los lazos históricos entre ambos pueblos y aspirando a un futuro sin guerra ni discriminación.
La Historia de Conflicto y Sanciones
La administración de Trump fue marcada por políticas de presión contra el régimen venezolano, incluyendo sanciones que buscaban restringir el acceso de Venezuela a los mercados financieros y dificultar las operaciones de PDVSA. Posteriormente, aunque la administración de Joe Biden intentó una distensión temporal de las sanciones, las restricciones fueron reimpuestas tras el cuestionado proceso electoral del 28 de julio en Venezuela, en el cual Maduro fue reelegido en medio de acusaciones de fraude por parte de la oposición y la comunidad internacional.
La posición de Maduro ahora sugiere un cambio de tono y una posible apertura para mejorar la relación con Estados Unidos. La victoria de Trump podría marcar un punto de inflexión en las políticas bilaterales, a pesar del histórico conflicto que ha caracterizado las interacciones entre ambos gobiernos.