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Quito, 9 de noviembre de 2024 — El Ministerio de Trabajo de Ecuador ha sancionado a la vicepresidenta Verónica Abad con una suspensión de 150 días sin remuneración, acusándola de «abandono injustificado del trabajo». Esta medida, tomada en plena precampaña electoral, aumenta la tensión en el gobierno ecuatoriano, donde el presidente Daniel Noboa aspira a la reelección en 2025.
La sanción contra Abad surge luego de que, según el Ministerio, ella no llegara a Turquía desde Israel en la fecha estipulada, durante una escalada bélica en Oriente Medio. Abad, quien fue designada como embajadora en Israel por Noboa al inicio de su mandato, califica esta acción como “persecución política” y ha cuestionado la competencia del Ministerio para sancionarla. Según Abad, únicamente la Asamblea Nacional puede destituirla de su cargo.
Reacciones y acusaciones de persecución política
La medida ha generado fuertes críticas. Henry Cucalón, candidato presidencial, señaló en redes sociales que esta suspensión es “inconstitucional e ilegal” y que su propósito sería impedir que Abad reemplace al presidente Noboa durante su campaña electoral. El abogado Eduardo Franco Loor también se pronunció al respecto, argumentando que la sanción es ineficaz y viola el artículo 424 de la Constitución, sugiriendo que Abad podría presentar una acción de protección para defender su derecho al cargo.
Acusaciones de violencia política de género
Abad también ha denunciado a Noboa y a otros altos funcionarios por presunta violencia política de género, acusándolos de obstaculizar su labor y buscar su renuncia para evitar la sucesión presidencial. Esta denuncia, presentada ante el Tribunal Contencioso Electoral (TCE), añade una nueva dimensión a las disputas entre ambos mandatarios.
Además, el TCE recientemente multó a Abad con 8,500 dólares por presunta campaña anticipada en los comicios de 2023, aunque no suspendió sus derechos políticos. Las denuncias y contrademandas entre Abad y miembros del gobierno resaltan las divisiones internas y las dificultades políticas que enfrenta el país mientras se acerca el proceso electoral.
Este enfrentamiento entre el presidente y la vicepresidenta ha expuesto tensiones profundas en la administración ecuatoriana, aumentando las dudas sobre la estabilidad política y la institucionalidad en un contexto de alta competencia electoral.