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Ismael Ureña Pérez, un joven de 14 años, dejó la pensión de entrenamiento en San Luis, Santo Domingo, con el sueño de ser parte de la MLB. Sin embargo, lo que parecía una oportunidad se convirtió en tragedia. Ismael se quejaba a su familia de síntomas alarmantes: piernas adormecidas, ojos amarillos y orina teñida de rojo. Al examinarlo, su madre descubrió que el adolescente había sido sometido a sustancias peligrosas, comúnmente utilizadas en caballos para mejorar el rendimiento.
A pocos días de su ingreso al hospital, Ismael falleció. La tragedia se extendió a sus dos hermanos, también en la Yordy Cabrera Baseball Academy, quienes sufren de secuelas como taquicardia y problemas de visión.
Los padres de Ismael, con la ayuda de la Fundación Familia Sin Violencia (Funfasinvi), liderada por el abogado Orlando Aracena, presentaron una querella contra Yordy Cabrera, expelotero y director de la academia. La acusación formal demanda prisión preventiva, basándose en violaciones al Código Penal, la Ley de Salud 42-01, la Ley 50-88 de Sustancias Controladas y el Código para la Protección de los Niños, Niñas y Adolescentes.
Denuncia de Abusos y Llamado a Regulación
El caso ha destapado una problemática que, según Aracena, afecta la industria de desarrollo de peloteros en la República Dominicana. La fundación, comprometida con la justicia para Ismael y sus hermanos, ha iniciado una campaña llamada «Rescatando a Esmerling», buscando que las autoridades tomen medidas de supervisión en las academias de béisbol del país.
Aracena insiste en la intervención de la Procuraduría de Niños y Niñas para poner fin a estos abusos.