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¿Eso es cambio, Reforma Policial o ambas penas a la vez?
Teófilo Abreu
Los dominicanos hemos sido testigos de la gran preocupación y esmero mostrados por el presidente Luis Abinader por lograr un cambio real en el comportamiento de la Policía Nacional frente a esta sociedad.
Tanto así que desde el primer día de su primer cuatrienio y durante los meses que lleva de este segundo mandato, prácticamente se ha mudado en el Palacio de la Policía Nacional, a donde acude los lunes de cada semana a examinar, junto al jefe (director) de esa institución la marcha del proceso de cambio que se procura.
En estos encuentros participa siempre el ministro o ministra de Interior y Policía, que se encarga de ofrecer al mandatario, a los medios de comunicación y a la opinión pública en general la estadísticas, reales o maquilladas, en torno a la criminalidad y la delincuencia en sentido general, con números que muestran una mejoría que nadie ve, ni siente, ni percibe, ni cree.
En este esfuerzo, el Presidente, no sólo ha cumplido una promesa de campaña, de mejorar los sueldos de los policías, como forma de garantizar su honestidad, sino que la institución ha venido desarrollando un proceso de formación para los nuevos miembros.
Se procura con este plan que los nuevos agentes adquieran una mayor formación, con una nueva visión y una conducta diferente respecto a su rol frente a la ciudadanía.
Esto es correcto. ¿Pero qué pasará con los viejos policías, aquellos que se han pasado la vida dando “mordidas”, macuteando, cometiendo toda clase de fechorías, crímenes y atropellos contra ciudadanos y considerando a esa institución, no como un medio para proteger vidas y propiedades, sino como una fuente para hacerse a costa de lo que sea?
Un ejemplo de esto último lo constituye el descubrimiento y desmantelamiento de un almacén de bebidas alcohólicas y estimulantes sexuales en la Penitenciaría Nacional de La Victoria, de lo que se ha señalado como responsable a un alto oficial de la Policía Nacional.
Las mercancías, cuyo descubrimiento estuvo a cargo de la Dirección de Asuntos Internos de la institución, estaban contenidas en 47 cajas con bebidas de diferentes marcas, entre ellas 720 unidades de ron Brugal Añejo, 240 de Brugal XV, 350 de whisky Kings Label, 23 de whiskys Johnnie Walker Black, 50 fardos de cerveza Presidente y una caja de cerveza Corona, entre otras, así como diferentes tipos de estimulantes sexuales, para ser vendidos entre los reclusos.
Esto significa que la Reforma Policial, que ha causado desde el inicio el desvelo del presidente Abinader, no es sólo aumentos de sueldos y la formación de nuevos agentes con una visión diferente, sino que hay mucho trecho que recorrer en esta muy dura tarea.
