Getting your Trinity Audio player ready...
|
POR CÉSAR DALMASÍ
Todos los dominicanos sabemos que debido a la situación que reina en Haití, el gobierno dominicano, en pos de defender nuestro suelo patrio, decidió repatriar a todo haitiano que esté de manera ilegal en territorio dominicano, cosa que la población aplaude y ve con buenos ojos, al tiempo que le da todo el apoyo a tan patriótica disposición de repatriar diez mil haitianos indocumentados por semana, tarea que implica obviamente un gran esfuerzo del Estado dominicano a través de la Dirección General de Migración DGM y los organismos que apoyan esta dirección del gobierno.
En ese sentido y de acuerdo con informaciones emanadas de la Dirección General de Migración DGM, desde que el presidente Luís Abinader ordenó la referida disposición, a la fecha se han repatriado 40 mil 228 haitianos solo en el mes de octubre y hasta el pasado día trece de noviembre 2024 unos 10 mil 268, de los cuales 14 mil 970 han retornado a su país Haití de manera voluntaria en octubre, mientras que en noviembre se han ido a su país por su propia cuenta seis mil 843 indocumentados.
Creemos que el gobierno a través de los distintos organismos con los que cuenta, debe continuar con dichas repatriaciones sin titubeo, sin temor ni pavor; de manera que de mantener el ritmo con el número indicado anualmente se estarían repatriando quinientos mil veinte indocumentados, es decir, más de medio millón de estos indocumentados y como dijera el presidente electo de los Estados Unidos Donald Trump, “puede venir todo el que quiera pero de manera legal”.
Sin embargo a pesar de lo dicho más arriba, se hace necesario que el gobierno no haga caso a la presión internacional, a la presión que hacen empresarios locales, comerciantes y sectores que se benefician de ese sector de extranjeros residentes ilegalmente en nuestro país, a quienes utilizan y aprovechan su situación de ilegalidad para sacarle pingües beneficios a la amarga realidad de estos residentes ilegales.
Pero además y esto es muy importante, el gobierno tiene que ser sumamente drástico con los traficantes de personas, castigando de manera tajante esta práctica inhumana, de igual manera debe castigar con la misma intensidad a quienes empleen a estos emigrantes con estatus irregular; aunque no es secreto que tanto el sector privado como el mismo Estado emplea a los referidos extranjeros; todo esto habrá de hacerse si realmente se quiere mantener una política migratorio que perdure realmente en el espacio y el tiempo, se debe actuar pensando en el concepto a problemas extremos soluciones extremas, o sea deportar a todo ilegal no importa quien afecte.
Así que para preservar y proteger nuestra integridad como país, todos pedimos a viva voz que continúen las repatriaciones, porque la ingobernabilidad en Haití no puede bajo ningún concepto dañar a nuestro país, porque si los organismos internacionales hubieran querido hace tiempo que los vecinos haitianos tuvieran otra realidad más digna y humana, así que todos tenemos el compromiso de cuidar y defender los intereses de la República Dominicana; porque si nos descuidamos nos quitan el país, pero gracias a Dios que Donald Trump tomará el poder el próximo mes de enero 2025, porque de lo contrario no se sabe cuál hubiese sido nuestro final como nación.
Algo sí hay que reconocer y es que a pensar de toda la presión internacional, el gobierno dominicano ha tenido la valentía de colocar por encima de todo los intereses de los dominicanos, haciendo un gran sacrificio y esfuerzo, además con un costo altísimo para mantener el ritmo de las deportaciones como se va ejecutando, aunque el mayor control ha de hacerse en la frontera para que los que son repatriados no regresen por la vía ilegal, ya que en realidad si retornan es porque definitivamente alguien los deja regresar y eso hay que detenerlo.
Sin embargo digno de recordar es que las autoridades dominicanas están cumpliendo con todas las leyes nacionales y normas internacionales en el proceso de repatriación de ilegales y muy especialmente el gobierno hace hincapié para no violentar los derechos humanos, así que reiteramos, ante la realidad histórica que estamos viviendo, las repatriaciones son necesarias y deben continuar y mantenerse de forma constante.