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Con la reelección de Donald Trump y el refuerzo de sus políticas proteccionistas, la República Dominicana se encuentra en un momento decisivo en cuanto a su papel en el comercio internacional, según el economista y profesor de Harvard, Juan Ariel Jiménez. El experto asegura que este escenario presenta una oportunidad histórica para que el país se posicione como un destino clave en el fenómeno de nearshoring, la reubicación de empresas hacia países cercanos y aliados de Estados Unidos.
Jiménez, quien fue ministro de economía, explicó que, si bien México fue el gran beneficiado durante la primera etapa de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, las reformas internas en ese país —como el aumento de costos laborales y la incertidumbre en materia de seguridad jurídica— han reducido su atractivo como destino de inversión. Este vacío en el mercado genera nuevas oportunidades para naciones como República Dominicana y Costa Rica, que cuentan con características ideales para aprovechar esta segunda ola del nearshoring en el contexto de la etapa «Trump 2.0».
Ventajas competitivas de República Dominicana
Jiménez destacó varias ventajas estratégicas que posicionan a la República Dominicana como una opción preferente para las empresas que buscan reubicarse. Entre las fortalezas más importantes, resalta su ubicación geográfica en el Caribe, que le permite acceder de manera eficiente a los mercados de América del Norte y Europa. Además, su infraestructura desarrollada y su mano de obra competitiva, especialmente en el sector manufacturero para exportación, le otorgan una ventaja sobre otros países.
“República Dominicana tiene una excelente oportunidad de capitalizar su ubicación y sus ventajas logísticas. Su mano de obra es reconocida por su adaptabilidad, lo cual es crucial para las empresas que necesitan flexibilidad para satisfacer los requisitos de producción en mercados exigentes”, afirmó Jiménez.
Desafíos a abordar
Sin embargo, el economista también advirtió sobre ciertos desafíos que podrían limitar el potencial de crecimiento de la República Dominicana en este nuevo panorama. Entre ellos, mencionó la saturación de los parques industriales y las debilidades en el sistema educativo. Estos factores deben ser abordados con urgencia, ya que pueden convertirse en obstáculos si no se toman medidas inmediatas.
“Para que República Dominicana logre capitalizar esta oportunidad de nearshoring, es esencial que se invierta en la modernización de los parques industriales y en una reforma educativa que garantice una mano de obra calificada que pueda satisfacer las necesidades de los sectores productivos del futuro”, señaló Jiménez.
La competencia con Costa Rica y las lecciones de México
Jiménez también comparó la situación de la República Dominicana con Costa Rica, que se ha destacado por su calidad de mano de obra calificada y un sistema robusto de incentivos fiscales para empresas en zonas francas. Aunque Costa Rica es un fuerte competidor, Jiménez cree que la República Dominicana tiene los elementos necesarios para sobresalir.
En cuanto a la experiencia de México durante la primera ola del nearshoring, el economista resaltó que su cercanía geográfica y acuerdos como el T-MEC fueron fundamentales para que superara a China como principal socio comercial de Estados Unidos. Sin embargo, también señaló que los desafíos actuales de México, como los costos laborales crecientes y las tensiones políticas, brindan una oportunidad para que la República Dominicana aprenda de sus errores y implemente políticas más estratégicas y estables.
Un llamado a la acción
Juan Ariel Jiménez hizo un llamado a la acción urgente, destacando que la República Dominicana tiene una ventaja competitiva significativa, pero solo podrá aprovecharla si se toman decisiones estratégicas a nivel gubernamental y privado. Instó a ampliar y modernizar los parques industriales, reformar el sistema educativo y promover políticas fiscales y laborales competitivas que atraigan inversión extranjera directa.
“El regreso de Trump al poder, con sus políticas proteccionistas, representa una nueva era para el comercio global. Es el momento adecuado para que República Dominicana se posicione como el destino preferido para el nearshoring en América Latina. El futuro está en nuestras manos. Es hora de actuar”, concluyó el economista.
Con este análisis, Jiménez deja claro que, si bien el contexto internacional presenta retos, también abre la puerta a un futuro prometedor para la economía de la República Dominicana, siempre que se tomen las decisiones adecuadas para aprovechar esta ventana de oportunidad en el comercio global.