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La leyenda del béisbol dominicano y exjugador de las Grandes Ligas deja un legado imborrable tras una carrera destacada, que incluyó momentos emblemáticos con los Bravos de Atlanta.
Santiago, República Dominicana. La triste noticia del fallecimiento de Rico Carty, a los 85 años, ha revivido los recuerdos de su histórica elección al Juego de Estrellas de 1970 y su título de bateo en la misma temporada, logros que lo convirtieron en una figura querida tanto en las Grandes Ligas como en su natal República Dominicana.
Un legado en el béisbol de Grandes Ligas
Carty, nacido Ricardo Adolfo Jacobo Carty el 1ro de septiembre de 1939 en San Pedro de Macorís, República Dominicana, fue un jugador destacado en una carrera que abarcó 15 años en las Grandes Ligas. A lo largo de su trayectoria, Carty militó en equipos como los Bravos de Milwaukee (y más tarde Atlanta), los Guardianes de Cleveland, los Cachorros de Chicago, los Azulejos de Toronto, los Atléticos de Oakland y los Rangers de Texas.
Uno de sus logros más grandes fue ganar el título de bateo de la Liga Nacional en 1970, con un promedio impresionante de .366 y un OPS de 1.037. Ese mismo año, Carty fue elegido al Juego de Estrellas de la MLB, luego de que los aficionados votaran masivamente por él tras su exclusión inicial en las papeletas. Con 552,382 votos, Carty se convirtió en el primer jugador elegido por votación escrita, un honor que refuerza su estatus de leyenda.
Carty en los Bravos: una conexión única con los fanáticos
Los Bravos de Atlanta, organización con la que Carty vivió la mayor parte de su carrera en las Grandes Ligas, rindieron homenaje a su legado tras su muerte. La franquicia destacó que Carty dejó una huella imborrable tanto en el campo como en los corazones de los aficionados. «Pocos jugadores en la historia de los Bravos lograron conectar con los aficionados como lo hizo Rico Carty. Desde su llegada a Atlanta en 1966, se ganó el corazón de todos con su talento y carisma», mencionaron en un comunicado oficial.
Compromiso y logros a pesar de las adversidades
A lo largo de su carrera, Carty enfrentó numerosas dificultades, entre ellas una serie de lesiones y problemas de salud. En 1968, estuvo ausente debido a la tuberculosis, y en 1971 sufrió una fractura en la rodilla izquierda durante un choque con Matty Alou en la República Dominicana. Estos problemas lo limitaron durante la segunda mitad de su carrera, aunque siempre destacó por su habilidad al bate.
Su desempeño en la temporada de 1970 fue sobresaliente, con un OPS+ de 171, el tercero más alto en la historia de los Bravos durante la era de Atlanta, solo detrás de Hank Aaron. Su juego con los Bravos de esa época, especialmente cuando bateaba detrás de Aaron, es recordado como uno de los momentos más emblemáticos de su carrera.
Un jugador entrañable, a pesar de las controversias
A lo largo de su tiempo con los Bravos, Carty también vivió algunos momentos polémicos. Tuvo altercados con compañeros de equipo, incluidos Hank Aaron y Eddie Mathews, y en una ocasión, se peleó con Aaron en un vuelo hacia Los Ángeles en 1967. Sin embargo, a pesar de estos incidentes, la conexión de Carty con la afición y su rendimiento en el campo siempre fueron motivo de admiración.
El legado de Rico Carty
A lo largo de su carrera, Carty dejó una marca indeleble en la MLB, destacándose no solo por su capacidad para batear, sino también por su impacto cultural, siendo uno de los primeros jugadores dominicanos en alcanzar el éxito en las Grandes Ligas. En 2023, fue incluido en el Salón de la Fama de los Bravos, un reconocimiento a su contribución al béisbol y su legado perdurable en la historia de la franquicia.
Su nombre se une al de otros grandes del béisbol, y su recuerdo vivirá tanto en los fanáticos que lo vieron jugar como en las futuras generaciones de jugadores que seguirán su ejemplo de talento y dedicación al deporte. Rico Carty ha partido, pero su legado seguirá siendo una inspiración para todos los amantes del béisbol.