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CÉSAR DALMASÍ
A través de la historia los trabajadores dominicanos han acumulado una serie de beneficios y han logrado importantes conquistas en su relación de trabajo obrero patronal, derechos que son protegidos por la ley laboral vigente en nuestro país y por lo tanto, los mismos jamás podrán ser violentados, desconocidos, cambiados o transformados por el patrón o empleador ni por nadie en particular.
Pedir un tope de seis años por concepto de cesantía y no más de diez salarios es total y absolutamente violatorio al derecho de los trabajadores, violenta por demás normas internacionales y es también provocar alegremente desasosiego en el territorio dominicano, pero especialmente es declararse acérrimamente enemigo de quienes producen las riquezas del país, ya sea con su fuerza física o con su intelecto, ese pedimento es definitivamente una locura maliciosa la cual jamás debe de ser complacida.
La propuesta de los empresarios no voy a decir que sea malintencionada pero sí que a todas luces es muy preocupante y hasta abusiva, por las consecuencias sociales que arrastraría, ya que la misma va en desmedro de los trabajadores, la cual llevaría a una ruptura de esa necesaria y sine qua non relación entre empleadores y trabajadores; esto provocaría que el sector trabajador inicie una jornada de luchas directa y contundentes para exigir la prevalencia de sus derechos y especialmente del caso en cuestión sobre la cesantía.
Tal vez se piensa que los empleadores le hacen un regalo o una dádiva a quienes desahucian, pero realmente no es así, cada empleado forma parte de esa fuerza laboral del país constituida por los hombres y mujeres que día tras día se levantan de madrugada para producirle riqueza a la nación y a los mismos empresarios y a su vez para esos trabajadores mantener una calidad de vida decente, humana y que le permita avanzar y desarrollarse concomitantemente con el país y con los mismos empleadores, lo que es justo que todos crezcamos y avancemos juntos.
Sí, porque lo que están pidiendo los empresarios es que se haga caso omiso a los postulados de la ley, con su unilateral interés de que el mayor beneficio siempre sea para su lado, pero voluntariamente olvidan los empresarios que los derechos adquiridos por los trabajadores son inmutables por lo que nunca podrán ser modificados ni eliminados si una parte se opone, como es el caso de la especie.
El accidentado diálogo para la reforma del código laboral es tripartito, gobierno, empresarios y trabajadores y resulta que de esa trilogía dos están de acuerdo en no tocar,violentar ni vulnerar los derechos adquiridos por los trabajadores en el marco general y especialmente en lo relativo a la cesantía, de manera que la otra parte lo que tiene es que acogerse a la decisión mayoritaria y respetar, sí, respetar dicha decisión; que por cierto aprovechamos para felicitar la posición firme y correcta del gobierno en mantener vigente y sin cambio alguno todo lo relativo a la cesantía, lo que a su vez están apoyando los trabajadores en la persona de los sindicalistas.
De manera que los trabajadores deben sentir paz porque en un gobierno encabezado por Luís Abinader no es cierto que se va a permitir violentar ningún derecho a este sector del país, ni a ningún otro sector, recordar una vez más a los empleadores que ellos con su postura fuera de ley y de todo sentido de equilibrio como de justicia lo que están empujando a que el país se inquiete, se rompa la paz, la armonía y la convivencia pacífica de la cual estamos disfrutando en la actualidad.
Ahora resulta que los empresarios se quejan del costo de sus empleados, pero no se quejan de las amplísimas facilidades que le da el Estado a muchos de ellos, exenciones, exoneraciones de combustible y de otra naturaleza; la verdad es que no se puede querer todo para un solo lado; también sin tapujos hay que decir que esa necia e injusta postura de empresarios en el ya referido diálogo tripartito lo que han hecho es colocarse como enemigo del gobierno, sí porque por tercera ocasión décimos que de complacer su pedimento llevarían a un estado de desasosiego en el país y obviamente eso afectaría no sólo el clima de paz que estamos viviendo si no que afectaría la gobernabilidad en sentido general, así que señores empresarios piensen bien y no sean tan insaciables.
Me permito recordar que hace pocos días atrás un grupo de trabajadores representados por distintos sindicatos y federaciones, se aglutinaron en los frentes del edificio que aloja el Congreso, exigiendo que se respete el derecho adquirido de los trabajadores en cuanto a la cesantía y alertando a los congresistas de la inestabilidad social que esto provocaría, para lo cual vociferaban la consigna de “Si no hay liquidación, aquí va haber candela, si no hay liquidación, aquí va haber candela”
Finalmente recordar que nuestros campesinos cuando quieren hacer sobresalir los deseos desmedidos, las angurrias y lo insaciable del ser humano utilizan el viejo y conocido refrán que para el caso que nos ocupa cae muy bien y es que “Lo demasiado hasta Dios lo ve”.
