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El «Pitch Drop Experiment» o experimento de la gota de brea, es uno de los experimentos más longevos del mundo y un verdadero testimonio de la paciencia en la ciencia. Este experimento, iniciado en 1927 en la Universidad de Queensland (UQ), Australia, busca demostrar que la brea, un material aparentemente sólido, es en realidad un líquido de altísima viscosidad.
¿Qué es la brea y por qué gotea?
La brea, derivada del alquitrán, parece sólida e incluso quebradiza a temperatura ambiente. Sin embargo, es un líquido extraordinariamente viscoso, con una fluidez que desafía nuestra percepción habitual de los materiales. Su viscosidad es 230.000 millones de veces mayor que la del agua, lo que hace que el tiempo necesario para que una gota caiga sea de entre 7 y 13 años.
El experimento muestra cómo un material que parece rígido puede comportarse como un líquido cuando se observa a lo largo de un período de tiempo suficientemente prolongado.
Historia del experimento
El experimento fue creado en 1927 por Thomas Parnell, catedrático de Física en la UQ, para ilustrar propiedades sorprendentes de materiales cotidianos. Parnell calentó brea, la vertió en un embudo y dejó que se asentara durante tres años antes de cortar el tallo del embudo en 1930. Desde entonces:
- 1938: cayó la primera gota, ocho años después del inicio.
- Hasta la fecha, han caído nueve gotas, la última en abril de 2014.
Un experimento de paciencia extrema
El profesor John Mainstone, segundo custodio del experimento desde 1961, dedicó 52 años al cuidado de este, pero, como su predecesor, falleció en 2013 sin haber presenciado una sola gota caer.
Diversos eventos frustraron el momento histórico de observar el goteo:
- En ocasiones anteriores, las gotas cayeron cuando nadie estaba presente.
- Problemas técnicos impidieron grabar el fenómeno en tiempo real.
Importancia y curiosidades
Aunque pueda parecer trivial, este experimento es un importante recordatorio de que la percepción inmediata de los materiales puede ser engañosa. Además, no se mantiene bajo condiciones ambientales controladas, lo que hace que factores como la temperatura afecten el ritmo del goteo.
El Pitch Drop Experiment no solo ha generado fascinación en el ámbito científico, sino que también ha capturado la imaginación del público, convirtiéndose en un emblema de la dedicación, paciencia y asombro científico.
La próxima gota está proyectada para caer durante la década de 2020, y gracias a cámaras modernas, esta vez se espera capturar el momento que por casi un siglo ha esquivado a los ojos humanos.