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En uno de los episodios más violentos registrados en Haití, más de 190 personas, la mayoría mayores de 60 años, fueron brutalmente asesinadas con cuchillos y machetes en Warf Jeremie, un barrio costero de Cité Soleil, Puerto Príncipe. La matanza fue perpetrada por la pandilla Viv Ansamm, liderada por Mikanor Altes, alias “Wa Mikano” o “Monel Felix”, en respuesta a acusaciones de brujería tras la enfermedad de su hijo, quien falleció el domingo por la tarde, según la ONG Red para la Paz y el Desarrollo (CDP-Haití).
Un sacerdote de vudú desencadenó la violencia
El líder de la banda, «Wa Mikano», buscó ayuda de un sacerdote de vudú para curar a su hijo. Según CDP-Haití, el sacerdote afirmó que ancianos de la comunidad habían lanzado un mal de ojo sobre el niño, lo que provocó la ira del pandillero y desató la masacre entre el 5 y el 7 de diciembre.
El pánico reina ahora en Warf Jeremie, mientras las comunidades cercanas intentan protegerse del continuo asedio de grupos armados que controlan más del 80 % de Puerto Príncipe y sus alrededores, según Naciones Unidas.
El caos en Haití: 187 muertos en un solo fin de semana
De acuerdo con Volker Türk, alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, al menos 187 personas murieron este fin de semana en enfrentamientos y acciones criminales dirigidas por poderosas bandas en Haití. En lo que va de 2024, el país ha registrado más de 5,000 asesinatos como resultado de la violencia que azota a la nación.
El llamado internacional
En el marco del Día Internacional de los Derechos Humanos, Türk instó a la comunidad internacional a detener el flujo de armas hacia Haití y a fortalecer los medios de las fuerzas policiales y de la misión de estabilización de la ONU.
“La crisis en Haití ha alcanzado niveles insoportables, con las bandas controlando vastas áreas del país mientras la población vive en constante miedo”, destacó Türk desde Ginebra.
Haití: un país en crisis total
El gobierno haitiano, debilitado y con un control limitado, enfrenta una crisis humanitaria, económica y de seguridad sin precedentes. La falta de recursos para contener a las pandillas deja a la población vulnerable, especialmente en zonas como Cité Soleil, donde la violencia se ha vuelto cotidiana.
La comunidad internacional sigue siendo testigo de un colapso en Haití que exige atención urgente y soluciones sostenibles para evitar que la tragedia se siga extendiendo.