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Por José Carmona
Quise compartir estas reflexiones sobre las palabras ingratitud y traición por los daños producido en la humanidad, Judas Iscariote, traicionó a Jesús por unas cuantas monedas, lo que ocurre constantemente, venden sus ideas, cambian de partidos políticos, defienden lo indefendible, todos por don dinero.
Ingratitud y traición, dos palabras que tienen significados diferentes, pero con muchas similitudes, como dos hermanos gemelos, se parecen tanto que cuando esta frente a uno de ellos, en principio no puede determinar cuál es de los dos, ingratitud, desagradecimiento a un favor o beneficio recibido, mientras que traición, acción de falta de fidelidad o lealtad.
A los ingratos les llaman malagradecidos, desagradecidos, infieles, desleales, que no agradecen favores, también les dicen, no tener memoria, popularmente los califican como personas que no agradece las manos que les dieron de comer, mientras traición, falta de fidelidad, lealtad frente a persona o institución que te ayudó y quienes cometen una traición le dicen traicionero, ingrato, engañador, infiel, desleal y hasta lo llegan calificar de infame.
Los ingratos cambian de color como camaleón, cuando surge un nuevo gobierno abandonan al saliente sin importar los beneficios que habían recibidos, e inmediatamente formatean el ship, borran todos los que decían y pasan a defender la administración de turno, por eso están considerado como oportunistas.
Ingratitud y traición, características que poseen algunas personas y están en la familia, trabajo, iglesias, políticas, entre los compañeros de estudio, gremios de profesionales, en todos los conglomerados encontramos individuos con esas características.
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El profesor Juan Bosch, tratando de crear conciencia sobre el problema de ingratos, mentirosos, aquellos que prometen y luego no cumplen, repetía con frecuencia la frase que hasta rimaba; “Quien me engaña una vez, sinvergüenza es, si me engaña dos, sinvergüenza yo.
El ingrato y el traidor, son envidiosos, egoístas, oportunistas, gustan prometer cosas para luego no cumplir, no tienen valores, siempre quieren estar con el que está arriba, no tienen criterio propio.
Si conoce algunas personas con características como esas que hemos descritos, ten cuidado, es un ingrato puede terminar traicionando tu confianza y provocar daños no solo a ti, sino también al entorno que te desenvuelve, tu trabajo, familia u organización.
Contacto: José Carmona, jcarmonita@gmail.com, 809 965 6323