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POR CÉSAR DALMASÍ
El autor es periodista
Hasta prueba en contrario, en la República Dominicana vivimos en un Estado de derechos, aún con todas nuestras flaquezas y debilidades gozamos de un Estado organizado y en la presente gestión se hace un gran esfuerzo para mantener y fortalecer la institucionalidad y el estado de derechos existente, por lo que la actitud aviesa y fuera de toda lógica de algún funcionario Estatal no puede jamás afectar y dañar a todo el conglomerado, como el caso en cuestión, que expongo más adelante.
El presidente Luís Abinader desde su primer gobierno ha sido un abanderado del respeto a las leyes, del derecho del ciudadano y de sus libertades como tal, pero tristemente el presidente es uno dentro del organigrama del Estado; que a propósito saludamos la promulgación de la ley 1-25 y aplaudimos su nuevo reglamento, con lo se permitirá readecuar lo relativo al Consejo Nacional de la Magistratura CNM así como aspectos sumamente importantes para la escogencia del procurador general de la República.
Pero mi tema central de hoy es elevar mi protesta como ciudadano y especialmente en mi calidad de periodista, para rechazar con todas mis fuerzas el burdo, abusivo e inmerecido atropello del que fue objeto el reconocido abogado, comunicador y ex fiscal adjunto, doctor Yoni Carpio el cual junto al también abogado y su asistente el licenciado Edward Morel, quienes al actuar dentro de sus facultades como abogados acudieron en la defensa de uno de sus clientes y al reclamar ante la fiscalía competente los derechos de su defendido, mire usted la sorpresa que se llevaron.
Los conocidos abogados fueron impedidos de ejercer su función como tales y peor todavía, fueron enviados en calidad de detenidos por la magistrada fiscal Esther Sánchez de Jesús de la fiscalía barrial del sector Villas Agrícolas, la cual alegó una supuesta falta de respeto por parte de los abogados de referencia, para así ella poder cometer su burda acción fuera de toda lógica.
Por lo que creemos que la Procuraduría General de la República debe abrir una investigación al respecto, porque cabe preguntarse, qué motivó que esa fiscal impidiera el trabajo de estos abogados? Qué fuerza tan poderosa la empujó a ella a tomar esa acción y buscar un ardid para justificar su mala práctica? Está esa fiscal acostumbrada a hacer eso? Entre otras interrogantes más.
Con esa actitud de la señora magistrada Esther, se le hace un flaco servicio a la sociedad, a la justicia, a la institucionalidad del país e incluso al gobierno mismo, además de que se irrespetan y violentan los derechos de las personas, ella pisoteó todo el conjunto de nuestras normas y leyes, obviamente iniciando por la constitución misma, pero, si eso fue a abogados de la categoría del doctor Yoni Carpio y el licenciado Edward Morel, sólo imagínese usted lo que esa tunante hará con el ciudadano de a pie.
Hay que recordarle a la señora magistrada que los rangos, cargos y posiciones son pasajeros, que ella ni nadie es eterno en ningún cargo, que aquí en la tierra ni la vida misma es para siempre; que recuerde que a las posiciones públicas o de cualquier naturaleza se va a servir al país y a la gente, a que el bien y la bondad fluyan, se va a cualquier posición a hacer el bien y manejarse obviamente dentro de los cánones establecidos por la constitución y las leyes, la magistrada en cuestión debe saber que a un cargo no se va a maltratar, a dañar ni a vejar a las personas, porque hay que recordar también que por lógica todo lo que sube baja.
Así que la arrogancia, el orgullo, la petulancia y el engreimiento no funcionan ni sirven para nada, más que para degradar y empequeñecer aún más a quien se rige por esos bajos sentimientos, es una gran pena que aún en nuestra vida cotidiana aparezcan personas con ese tipo de actitud y más triste cuando están en funciones públicas tan importantes.
El doctor Yoni Carpio es un reconocidísimo jurista de los tribunales de la República con cerca de cuarenta años de ejercicio, que además es un reconocido comunicador y hombre de los medios de comunicación; profesiones que ha llevado a la par en su ejercicio, por lo que un atropello y agresión a él es hacerlo con todos los abogados del país y con todos los periodistas, locutores y comunicadores y obviamente es hacerlo con todos los medios de comunicación.
Yoni Carpio es un ser humano lleno de los mejores sentimientos y cualidades, muy sensible, solidario, de grandes y profundos sentimientos como persona, de una gran nobleza, que goza de la admiración, cariño y respeto de todo un pueblo y de quienes le conocemos de cerca, esa magistrada nunca debió tomar esa actitud en contra de una persona y profesional de la estirpe y categoría del doctor Carpio y su asistente el licenciado Edward Morel.
De manera que expreso mi apoyo solidario al doctor Yoni Carpio y su asistente el licenciado Edward Morel, de la referida señora magistrada no puedo afirmar nada, porque no la conozco, sólo me limito a rechazar su acción que me parece que fue burda, abusiva e innecesaria.
