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El presidente Donald Trump ha lanzado una firme advertencia al presidente ruso, Vladímir Putin, al señalar que Estados Unidos podría imponer nuevas sanciones si Rusia no accede a negociar un alto el fuego con Ucrania. En una rueda de prensa desde la Casa Blanca, Trump respondió afirmativamente cuando se le preguntó si tomaría medidas contra Rusia si Putin no muestra disposición al diálogo: «Es probable», afirmó.
El mandatario también adelantó que está revisando la política de envío de armas a Ucrania y que tiene programadas conversaciones «muy pronto» tanto con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, como con Putin. Sin embargo, mantuvo un tono prudente: «Ya veremos cómo sucede todo», añadió.
Críticas a Biden y a Europa
Durante su intervención, Trump criticó las decisiones de su predecesor, Joe Biden, de enviar armamento a Ucrania, calificándolas de costosas e ineficaces. Asimismo, consideró que la Unión Europea debe asumir mayor responsabilidad financiera en el conflicto, argumentando que su proximidad geográfica lo convierte en una prioridad más urgente para Europa que para Estados Unidos, separado por un «océano».
Esta postura contrasta con una de las promesas clave de su campaña electoral, donde aseguró que pondría fin al conflicto ucraniano en 24 horas. Sin embargo, el plazo autoimpuesto se cumplió este martes sin resultados tangibles desde que asumió el cargo al mediodía del lunes.
La estrategia de Rubio: concesiones y tregua
El secretario de Estado, Marco Rubio, detalló que la administración Trump priorizará alcanzar un acuerdo de tregua en el conflicto. Rubio hizo un llamado a ambas partes, Rusia y Ucrania, a realizar concesiones mutuas, señalando que es «irrealista» restaurar las fronteras previas a la invasión.
Por su parte, Keith Kellogg, enviado especial de Trump para Ucrania y Rusia, pidió en una entrevista reciente con Fox News un plazo de 100 días para negociar la paz, rebajando las expectativas sobre una solución inmediata.
Con este enfoque, el gobierno de Trump parece inclinarse hacia un equilibrio entre sanciones, negociaciones diplomáticas y una posible reducción del apoyo militar a Ucrania, mientras busca cumplir su promesa de campaña de terminar con la guerra, aunque bajo un cronograma más flexible.
