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El enviado especial de Donald Trump abordará la situación de estadounidenses detenidos y las tensiones diplomáticas
El enviado especial del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, Richard Grenell, tiene previsto reunirse este viernes en Venezuela con Nicolás Maduro, quien asumió el pasado 10 de enero un tercer mandato tras una reelección ampliamente cuestionada. La noticia fue reportada por el canal CNN, generando diversas reacciones dentro y fuera del país sudamericano.
Preocupación por los estadounidenses detenidos en Venezuela
Ante la visita de Grenell, el congresista republicano Rick Scott expresó en redes sociales su esperanza de que el enviado de Trump exija el regreso de los ciudadanos estadounidenses detenidos en Venezuela. Según diversas fuentes, en el país caribeño hay al menos ocho ciudadanos estadounidenses privados de libertad desde 2024.
La organización Independent Venezuelan American Citizens (IVAC), con sede en Miami, ha identificado a los estadounidenses detenidos como Gregory David Werber, David Guttenberg Guillarme, Aaron Barrett Logan, Jonathan Pagán González, Wilbert Joseph Castaño, David Estrella, José Marcelo Vargas y Lucas Hunter (quien posee doble nacionalidad francesa y estadounidense).
Las expectativas del Congreso de EE.UU. ante la visita
Rick Scott también instó a que el Gobierno de Maduro extradite a «matones y pandilleros» que han huido a Estados Unidos. El congresista de Florida enfatizó que espera que Grenell logre avances significativos en la diplomacia y presione por medidas concretas en la relación entre ambos países.
En un tono más contundente, Scott manifestó su deseo de que Grenell «encuentre un nuevo país» donde puedan ser «reubicados» Maduro, el ministro de Interior venezolano, Diosdado Cabello, y «cualquier otra persona involucrada en este régimen matón».
Tensiones entre Washington y Caracas
La reunión entre Grenell y Maduro se da en un contexto de alta tensión entre Venezuela y Estados Unidos. Desde la reelección de Maduro en 2024, Washington ha intensificado las sanciones económicas y ha rechazado el reconocimiento de su mandato, mientras que el Gobierno venezolano ha denunciado lo que considera «injerencias» por parte de la Casa Blanca.
Con la visita del enviado especial, se espera que ambas partes discutan la posible liberación de ciudadanos estadounidenses y otros temas críticos de la agenda bilateral. Sin embargo, el impacto real de esta reunión y sus posibles repercusiones en la política exterior estadounidense aún están por verse.
