Genética y hábitos saludables: claves para reducir el riesgo de enfermedades cardíacas

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República Dominicana, febrero de 2025 — Las enfermedades cardíacas son una de las principales causas de muerte en todo el mundo y, en muchas familias, su presencia es una constante. Sin embargo, muchas personas desconocen su riesgo hasta que enfrentan un evento grave como un infarto o un accidente cerebrovascular. El Dr. Stephen Kopecky, cardiólogo en Mayo Clinic, explica cómo la genética influye en la salud del corazón y qué se puede hacer para reducir los riesgos, incluso cuando hay antecedentes familiares.

La enfermedad cardíaca es un término amplio que engloba diversas afecciones, desde la enfermedad de las arterias coronarias hasta arritmias y miocardiopatías. Aunque el historial familiar es un factor determinante, los hábitos de vida juegan un papel aún más relevante. Según el Dr. Kopecky, la genética representa entre el 20% y el 30% del riesgo, mientras que factores como la alimentación, el ejercicio y el sueño pueden influir significativamente en la salud del corazón.

Estudios han demostrado que quienes tienen familiares con antecedentes de enfermedad de las arterias coronarias tienen un riesgo significativamente mayor de desarrollarla. Además, personas con historial de muertes tempranas por problemas cardíacos en su familia tienen hasta tres veces más probabilidades de padecer una enfermedad cardiovascular antes de los 50 años.

El Dr. Kopecky enfatiza que, aunque no se puede cambiar la genética, sí es posible modificar el impacto que tiene en la salud. Hábitos como la actividad física regular y una alimentación equilibrada pueden ayudar a reducir el riesgo. En este sentido, menciona que ciertos estilos de vida pueden “apagar” genes perjudiciales y “activar” genes beneficiosos, ofreciendo una protección adicional contra enfermedades cardíacas.

Para mejorar la salud del corazón, el especialista recomienda:

  • Alimentación saludable: priorizar frutas, verduras, legumbres y granos integrales, evitando el exceso de azúcares y alimentos procesados.
  • Ejercicio regular: al menos 150 minutos de actividad moderada a la semana para controlar la presión arterial y los niveles de colesterol.
  • Descanso adecuado: establecer horarios de sueño regulares y garantizar un descanso reparador.
  • Evitar el tabaco y el alcohol: dejar de fumar y reducir el consumo de alcohol disminuye significativamente el riesgo cardiovascular.
  • Consultar al médico: conocer el historial familiar y recibir orientación médica ayuda a tomar decisiones preventivas.

El Dr. Kopecky destaca que nunca es tarde para mejorar la salud del corazón y que incluso los pequeños cambios pueden generar grandes beneficios a largo plazo. La clave está en adoptar hábitos saludables de manera constante, ya que cada esfuerzo cuenta para proteger el bienestar cardiovascular.

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