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El Papa Francisco, hospitalizado en estado crítico debido a una neumonía bilateral, mostró una leve mejoría al reunirse con el secretario de Estado del Vaticano para aprobar nuevos decretos de santidad y convocar una reunión formal para fijar las fechas de las canonizaciones, informó el Vaticano el martes.
La audiencia, realizada en la víspera, demuestra que la maquinaria de la Santa Sede sigue funcionando y mirando hacia el futuro, pese a que el pontífice, de 88 años, permanece hospitalizado y su pronóstico continúa siendo reservado.
Decisiones clave desde el hospital
El boletín publicado el martes al mediodía por el Vaticano confirmó que el papa aprobó decretos para la beatificación de cinco personas y la canonización de otras dos, en una reunión con el cardenal Pietro Parolin y el arzobispo Edgar Peña Parra, jefe de gabinete del Vaticano. Se trata del primer encuentro conocido entre Francisco y Parolin desde su hospitalización el 14 de febrero.
Durante la audiencia, el pontífice decidió convocar un consistorio sobre futuras canonizaciones, un acto que normalmente realiza en el Vaticano. Habitualmente, estos decretos son aprobados en reuniones con el jefe de la oficina de canonización, no con el secretario de Estado, lo que otorga un peso significativo a esta convocatoria en medio de su delicado estado de salud.
La única visita externa confirmada que ha recibido el pontífice, aparte de sus secretarios y su médico personal, fue la de la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, el 19 de febrero.
En un comunicado posterior, el Vaticano informó que Francisco también nombró nuevos obispos para Brasil, un nuevo arzobispo para Vancouver y modificó la ley del Estado de la Ciudad del Vaticano para establecer una nueva jerarquía.
Evolución de la salud del papa
En su informe matutino, el Vaticano indicó que «el papa durmió bien durante toda la noche». Los médicos señalaron el lunes por la noche que, si bien su estado sigue siendo crítico, algunos resultados de laboratorio mostraron una ligera mejoría.
El papa, a quien le extirparon parte de un pulmón en su juventud, permanece hospitalizado desde el 14 de febrero. Debido a su edad y fragilidad, los especialistas han advertido sobre su delicada condición. Sin embargo, el último parte médico señaló que no ha sufrido nuevas crisis respiratorias desde el sábado y que el flujo de oxígeno suplementario ha sido reducido. La insuficiencia renal detectada el domingo no representa, por ahora, un motivo de alarma, aunque el pronóstico sigue siendo reservado.
Vigilia de oración en la Plaza de San Pedro
Al caer la noche, miles de fieles se congregaron en la Plaza de San Pedro, bajo la lluvia, para participar en el primer rezo nocturno del rosario. La escena recordó las vigilias de 2005, cuando San Juan Pablo II agonizaba en el Palacio Apostólico. Sin embargo, en esta ocasión, los fieles rezaron con esperanza por la recuperación del papa argentino.
«Vinimos a orar por el papa, para que se recupere pronto, por la gran misión que comparte con su mensaje de paz», expresó Hatzumi Villanueva, una peregrina peruana que destacó la empatía de Francisco con los migrantes.
Desde el mismo lugar donde Francisco suele dirigir sus discursos, el cardenal Parolin afirmó que las oraciones por su recuperación se han multiplicado en todo el mundo. «A partir de esta noche, queremos unirnos públicamente a esta oración aquí, en su casa», declaró, pidiendo por la pronta mejoría del pontífice.
La vigilia continuará el martes por la noche y estará presidida por el cardenal filipino Antonio Tagle, responsable de la oficina de la Iglesia en el mundo en desarrollo.
Aliados del papa mantienen la esperanza
Mientras algunos sectores conservadores han difundido rumores alarmantes sobre su estado de salud, los aliados del papa se han mostrado optimistas sobre su recuperación.
«Soy testigo de todo lo que hizo por la Iglesia, con un gran amor por Jesús», señaló el cardenal hondureño Óscar Rodríguez Maradiaga en declaraciones a La Repubblica. «Humanamente hablando, no creo que sea el momento de que se vaya al Paraíso».
Maradiaga, miembro fundador del círculo de cardenales asesores de Francisco, relató que él mismo estuvo cerca de la muerte por COVID-19 y experimentó tratamientos similares a los que ahora recibe el pontífice. «Sé que el papa puede estar sufriendo y, por eso, me siento más cercano a él en la oración».
En el hospital Gemelli, pese a la lluvia matutina, romanos y visitantes continúan orando por la salud del pontífice y reflexionan sobre su legado. Hoang Phuc Nguyen, un peregrino canadiense, acudió a la estatua de San Juan Pablo II en la entrada del hospital para elevar una oración especial por el papa. «Él es nuestro padre y es nuestra responsabilidad rezar por él», expresó.
Francisco mantiene su mensaje de esperanza
En otro gesto de continuidad en su labor pastoral, el Vaticano publicó las intenciones de oración del papa para la Cuaresma, firmadas por Francisco el 6 de febrero, una semana antes de su hospitalización.
En su mensaje, el pontífice instó a los fieles a mantener viva la esperanza y a ponerse en el lugar de los migrantes y los más desfavorecidos.
«Es difícil pensar en el éxodo bíblico sin recordar a nuestros hermanos y hermanas que hoy huyen de la miseria y la violencia en busca de una vida mejor», escribió Francisco. «Comparar nuestra vida diaria con la de un migrante o extranjero nos ayudaría a desarrollar empatía y a descubrir lo que Dios nos pide en nuestro camino hacia la casa del Padre».
A pesar de su estado de salud, la voz del papa sigue resonando en el Vaticano y en el mundo, recordando a los fieles la importancia de la solidaridad y la compasión.
