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POR:CÉSAR DALMASÍ
El autor es periodista
En ocasiones la víctima directa de un accidente de tránsito también convierte en víctimas a sus familiares, convirtiéndose en gran medida en víctimas del poder que pudiera ostentar el victimario, y por igual se convierten en víctimas de la justicia, dada las dificultades y obstrucciones que luego tienen que vadear para lograr que por medio de la ley sean resarcidos; dificultades que se incrementan exponencialmente cuando el victimario es alguien de poder económico o político; aunque quizás esto no sea culpa de la justicia.
Todo lo anterior me hace recordar el famoso slogan de aquel reconocido partido político que decía “NI INJUSTICIA NI PRIVILEGIOS” en cambio en muchas ocasiones y para el caso que nos ocupa pareciera todo lo contrario, por eso cuando una persona toma el volante de su vehículo debe ser consciente de la responsabilidad que asume, siempre pensando en que debe manejar bajo el principio de preservar la vida de los demás y la del mismo conductor.
Porque manejar ebrio por efecto del alcohol o de cualquier otra sustancia es un crimen, es criminal manejar violentamente, irrespetar las leyes, siendo unas de las peores infracciones manejar de forma temeraria y a alta velocidad, también es un crimen utilizar neumáticos en malas condiciones y aquí la autoridad tiene que ser más efectiva en la supervisión.
Hay que decir que de acuerdo al Observatorio Permanente de Seguridad Vial sólo el pasado año 2024 fallecieron por accidente de tránsito 3,124 personas, equivalente a ocho fallecidos por día, para una media de un fallecimiento cada tres horas, lo que es alarmante; también y siempre de acuerdo a la fuente citada el pasado año 2024 ocurrieron en nuestro país la República Dominicana 14,179 accidentes de tránsito, afectando a 19,960 personas.
Y hay que decirte que los augurios no son muy halagadores para el presente año 2025, a juzgar por la gran cantidad de accidentes fatales que se han reportado hasta la fecha que usted lee este artículo; es penoso ver tantos accidentes con saldos fetales, y lo peor es que estos se van haciendo cada vez más frecuentes, en autopistas, calles, carreteras y autovías, los que ocurren tanto a nivel urbano como interurbano.
También no es secreto para nadie que cada vez son más los accidentes provocados por la irresponsabilidad de choferes y conductores que por alguna falla mecánica del vehículo, pero lo peor de ésta situación es que al parecer la vida humana ha perdido prácticamente su valor, porque el chofer o conductor que provoca un accidente apenas dura detenido algunos días y en ocasiones ni eso, ya que el seguro le resuelve, mientras tanto el luto y el dolor se apodera de familias dominicanas
Así que la autoridad tiene que emplearse a fondo para buscar una solución urgente a éste terrible problema en interés de salvaguardar las vidas de los ciudadanos, que en la mayoría de los casos son personas jóvenes y en edad productiva; también aunque parezca que no, la sociedad está muy atenta observando la actitud y comportamiento de la autoridad ante casos de accidentes que han involucrado a choferes o conductores de aparente influencia social, política o de un alto nivel económico.
Porque pareciera que si usted es una persona de renombre y perteneciente a un nivel social alto, con dinero y relaciones, ya eso basta para usted hacer y deshacer y andar por sus fueros conduciendo un vehículo y si el auto es de alta gama ya por eso la persona se considera con patente de corso para hacer lo que le venga en ganas.
Es pertinente aclarar que en el párrafo anterior no estoy acusando a nadie, pero como sociedad organizada que somos es importante que los familiares de las victimas de accidente automovilístico, especialmente aquellos en donde se demuestre que son provocados por la irresponsabilidad del conductor o chofer, que al mismo se le aplique sin temor ni pavor todo el peso de la ley, no importa de quien se trate.
No debe olvidarse jamás que las personas tienen lo más grande y valioso del ser, que es su dignidad, no hay nada sobre la tierra que pueda estar por encina de la dignidad de las personas, es por ello que por tan poderosa razón la autoridad correspondiente tiene que a través de las leyes garantizar esa premisa a los afectados.
Justo es reiterar que algunos conductores de vehículos de alta gama, muchos de ellos se consideran dioses al volante y se creen intocables, cierto es también que choferes de buses, minibuses, igual los de las llamadas plataneras, carros del transporte público, motores, éstos tienen en la misma medida la obligación de ley de ajustarse a la misma, y uno como otro deben ser sancionados de forma drástica cuando provocan un accidente fatal con saldo de fallecidos o heridos graves.