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El gobierno de Estados Unidos deportó a El Salvador a 10 migrantes acusados de pertenecer a las pandillas Mara Salvatrucha (MS-13) y Tren de Aragua, según informó este domingo el secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio. Esta acción forma parte de una operación coordinada entre ambas naciones para combatir el crimen organizado transnacional.
Rubio comunicó a través de sus redes sociales que “anoche llegaron a El Salvador otros 10 delincuentes de las organizaciones terroristas extranjeras MS-13 y Tren de Aragua”, destacando además la alianza entre los presidentes Donald Trump y Nayib Bukele como “un ejemplo para la seguridad y prosperidad del hemisferio”.
El anuncio se dio a conocer a pocas horas de una reunión programada entre ambos mandatarios en Washington para tratar temas de seguridad y migración. Trump señaló que el futuro de los deportados dependerá del gobierno salvadoreño, y resaltó que “nunca más amenazarán a nuestros ciudadanos”, al asegurar que estos individuos permanecerán bajo la custodia exclusiva de El Salvador.
La vocera de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, adelantó que el encuentro presidencial abordará la cooperación salvadoreña en materia migratoria. Esta colaboración incluye la reciente transferencia de más de 250 miembros de las mencionadas bandas criminales al Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), una prisión de máxima seguridad situada a unos 75 kilómetros de San Salvador.
Entre los deportados en marzo se incluyeron 238 integrantes del Tren de Aragua, una organización venezolana con amplia expansión regional, y 23 miembros de la Mara Salvatrucha, incluyendo dos líderes de alto perfil. Según las autoridades, estos individuos permanecerán en el CECOT por al menos un año, con posibilidad de prórroga.
El presidente Bukele ha señalado que esta medida permitirá profundizar la recolección de inteligencia y facilitar la persecución de los remanentes de estas bandas. “Buscaremos a sus miembros activos, sus colaboradores, financistas, armas, escondites y estructuras logísticas”, expresó el mandatario salvadoreño.
El CECOT, considerado uno de los centros penitenciarios más modernos de América Latina, forma parte de la estrategia del gobierno salvadoreño para erradicar las estructuras criminales desde su base operativa. Desde su implementación, esta política ha sido reconocida internacionalmente por su enfoque agresivo y sistemático.
El traslado de estos criminales representa un esfuerzo conjunto entre Estados Unidos y El Salvador para enfrentar el crimen organizado desde una perspectiva regional. Sin embargo, también plantea retos logísticos y de capacidad para el sistema penitenciario salvadoreño, aunque el gobierno ha reiterado su compromiso de mantener el control total dentro de los centros de detención.
Esta operación consolida la cooperación bilateral en materia de seguridad y deja en evidencia la necesidad de enfrentar el crimen organizado como una amenaza que trasciende fronteras.