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Londres. – La figura de Bonnie Blue, cuyo nombre real es Tia Emma Billinger, ha sacudido el mundo del entretenimiento para adultos con una mezcla de viralidad, controversia y un modelo de éxito que reconfigura los márgenes del espectáculo digital. Con apenas 25 años, esta británica originaria de Stapleford, Nottinghamshire, ha pasado de ser reclutadora laboral a convertirse en una de las creadoras de contenido más discutidas de OnlyFans.
Su ascenso se consolidó en 2023, cuando protagonizó un acto que ella misma define como un récord mundial: mantener relaciones sexuales con más de 1.000 hombres en un solo día. El evento, que se viralizó rápidamente, le aseguró una fama internacional y una plataforma desde la cual ha construido un imperio económico. Según ha declarado a medios como DailyMail, Bonnie afirma estar generando actualmente un millón de dólares al mes.
Parte de su estrategia ha consistido en utilizar eventos masivos para grabar contenido, como la Semana de las Escuelas en Australia o las vacaciones de primavera en Estados Unidos, donde se enfocó en jóvenes de 18 y 19 años recién graduados. Estas prácticas han despertado serias críticas, tanto por sus implicaciones éticas como por los posibles vacíos legales en torno al consentimiento y la explotación.
Blue, sin embargo, ha defendido con firmeza su trabajo y los medios que utiliza para destacar. Denuncia la hostilidad de otras figuras del sector y critica lo que califica como una “actitud elitista” basada en la popularidad en redes sociales. Con cientos de miles de seguidores y suscriptores, sostiene que su éxito financiero invalida ese tipo de validación superficial.
En medio de la polémica, también ha expresado una intención filantrópica: usar parte de sus ingresos para financiar tratamientos de fertilidad a personas que no puedan costearlos. Una iniciativa que, según ella, busca mostrar otra faceta de su figura pública y devolver algo positivo desde un entorno tan estigmatizado.
Desde su irrupción en OnlyFans hasta su actual protagonismo en los debates sobre moralidad, libertad sexual y economía digital, Bonnie Blue representa un fenómeno complejo. Su caso invita a reflexionar sobre los límites de lo aceptable, el poder del marketing viral y las transformaciones del entretenimiento en la era de la hiperexposición.
