El presidente de Kenia, William Ruto, aterrizó en Haití el sábado en un momento crucial para la nación caribeña, que enfrenta una grave crisis de seguridad y agitación política. La visita de Ruto tiene lugar mientras la comunidad internacional, encabezada por las Naciones Unidas, trabaja para encontrar soluciones efectivas para apoyar a las fuerzas kenianas y jamaicanas que intentan contener el poder de las pandillas, que actualmente controlan alrededor del 80% de Puerto Príncipe, la capital haitiana.
Ruto fue recibido con honores militares al descender del avión, y procedió a reunirse con oficiales de la Policía de Kenia, quienes están desplegados en Haití como parte de una misión internacional de pacificación. Kenia fue el primer país en enviar fuerzas, en respuesta al llamado de la ONU para ayudar a estabilizar a Haití después del asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021.
400 policías kenianos ya están en territorio haitiano, con más de una veintena de policías y soldados de Jamaica también presentes en la isla. Sin embargo, tanto Estados Unidos como otros países han expresado preocupaciones de que estas fuerzas sean insuficientes para enfrentar la creciente violencia de las pandillas, que ha sumido al país en una profunda crisis.
Se espera que la misión internacional alcance un total de 2.500 efectivos, con compromisos adicionales de países como Bahamas, Bangladesh, Barbados, Benín y Chad. No obstante, las fuerzas desplegadas carecen de los recursos necesarios para enfrentar a las pandillas con eficacia, y la ayuda financiera y logística sigue siendo insuficiente.
El conflicto en Haití ha generado preocupaciones sobre los métodos de intervención internacional, especialmente tras los desastres ocurridos durante la última misión de paz de la ONU en el país, la cual fue criticada por introducir el cólera y por casos de abuso sexual.
Además de la seguridad, la visita de Ruto coincide con la reciente formación de un consejo electoral provisional, que representa un paso importante hacia la celebración de las primeras elecciones generales en Haití desde 2016. Muchos haitianos y miembros de la comunidad internacional esperan que estas elecciones ayuden a restaurar el orden en el país.
Mientras tanto, la Policía Nacional de Haití sigue enfrentando dificultades técnicas y logísticas para combatir eficazmente a las pandillas, que continúan expandiendo su control en nuevos territorios.