En 2024, Katy Perry busca reestablecerse como una figura dominante en la música pop con su sexto álbum, 143, después de años de altibajos en su carrera. Conocida por sus éxitos como “California Gurls” y “Firework”, así como por su participación en American Idol y el Super Bowl, Perry intenta recuperar su trono en un panorama musical que ha cambiado significativamente desde sus años de gloria.
En 143, Perry explora temas de empoderamiento femenino y relaciones personales, pero el álbum se siente como un intento desesperado por revivir la fórmula que la hizo famosa en los 2000s y principios de los 2010s. La colaboración con Dr. Luke, quien fue parte de muchos de sus éxitos pasados, marca un regreso a sus raíces comerciales, aunque controvertido debido a las disputas legales del productor con Kesha.
El álbum es inconsistente y, en ocasiones, parece desconectado del presente. Canciones como “Woman’s World” y “Gorgeous”, un dúo con Kim Petras, intentan apelar a las tendencias actuales, pero resultan poco memorables y carentes de innovación. Temas como “Nirvana” y “I’m His, He’s Mine” se sienten reciclados, sin el impacto emocional o creativo que alguna vez caracterizó la música de Perry.
El cierre con “Wonder”, una colaboración más introspectiva y menos comercial, incluye la voz de su hija Daisy, pero aunque pretende aportar un aire de reflexión, parece más un recurso emotivo que una declaración profunda. 143 es un esfuerzo por regresar al centro de atención, pero muestra a una Katy Perry que lucha por encontrar su lugar en un mundo pop que ha cambiado drásticamente, dejando atrás la simplicidad de los estribillos pegajosos y las fórmulas predecibles.
