Beirut, 28 de septiembre de 2024 (EFE) – La capital libanesa se encuentra en tensión este sábado después de que el grupo chií Hizbulá confirmara la muerte de su líder, Hasán Nasrala, a consecuencia de un bombardeo israelí perpetrado el viernes en los suburbios del sur de Beirut. Las calles permanecen vacías y muchos comercios han cerrado sus puertas, mientras la ciudad espera posibles represalias.
El bombardeo, dirigido al supuesto cuartel general de Hizbulá en el barrio del Dahye, destruyó varios edificios residenciales, y las autoridades israelíes afirmaron que el objetivo era Nasrala, quien residía en una ubicación secreta desde la guerra de 2006.
Tras el anuncio de su muerte, partidarios del líder chií han salido a las calles en marchas improvisadas, mientras que medios locales informaron de enfrentamientos violentos y tiroteos entre simpatizantes y detractores de Hizbulá. Las tensiones aumentan en un país que vive un conflicto con Israel desde hace casi un año.
Israel intensifica su ofensiva
En los últimos días, Israel ha lanzado una serie de ataques sin precedentes contra el Líbano, con bombardeos a objetivos estratégicos de Hizbulá, incluidas instalaciones de comunicaciones y centros de operaciones del grupo. Esta ofensiva, que incluye el ataque que acabó con la vida de Nasrala, ha dejado más de 1.000 muertos en el Líbano, según informó el Gobierno libanés.
El ambiente en Beirut es de máxima expectación, mientras la población espera ver cómo se desarrollarán los enfrentamientos en las próximas horas.
