AHORA ES EL MOMENTO

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POR CÉSAR DALMASÍ

Valoro y apoyo el trabajo que precisamente vienen haciendo en los últimos tiempos la Dirección General de Impuestos Internos DGII y la Dirección General de Aduanas DGA, una con la persecución de evasores y la otra con el mismo objetivo modernizando su sistema y dando seguimiento de cerca a todo el proceso de importación y exportación, de lo que hablaremos en otro artículo.

Todos estamos conscientes y sabemos, que aquí hay comercios muy conocidos  por todos que usted le pide una factura con comprobante fiscal y lo que hacen es pedirte el celular para supuestamente enviarte tu factura vía WhatsApp, la cual nunca llega, afectando así el sistema tributario dominicano, por eso reiteramos que apoyamos a la DGII y a la DGA en los operativos que están realizando en ese sentido; así que se debe continuar haciendo esfuerzos y encaminado los pasos en interés de seguir fortaleciendo la transparencia, como se viene haciendo a nivel oficial en los últimos años.

Y en ese tenor los ciudadanos han adquirido la confianza suficiente para dar la oportunidad al gobierno de que se realice con el menor de los traumas la anunciada reforma fiscal o mejor dicho la necesaria reforma fiscal, ya que no hay dudas de que lo recaudado será bien invertido y que  por vía de consecuencias tendremos mejores servicios, se elevará la calidad de nuestro sistema de salud, tendremos más inversiones y por igual una mejor calidad de vida para la población que son los contribuyentes.

Ojalá que la indicada reforma tomara muy bien en cuenta que la presión fiscal debe ser en igual dimensión para todos los contribuyentes y que sería errático continuar cargando con más impuestos a la clase media, que a fin de cuentas en materia fiscal es la que va cargando pesado, por lo que los técnicos deben fijarse muy bien desde donde se estarían obteniendo más recursos para que el Estado reciba el dinero que se necesita para continuar con el proceso de avance y desarrollo que lleva el país.

Y creemos que una forma de bajar la presión en términos impositivos es que nuestro Estado deje el paternalista, no más exenciones fiscales, no más exoneraciones innecesarias, no privilegio fiscal con nadie; más bien hay que abocarse a colocar bajo la ley a aquellos comerciantes que no están regulados ya que se habla de que un cuarenta y nueve por ciento no paga los correspondientes impuestos y eso obviamente es dinero que deja de percibir el gobierno.

También debe de pararse de inmediato el subsidio millonario de combustible que reciben determinados sectores muy bien conocidos por todos, que son unos verdaderos trogloditas y así no debe ser, esos sectores que desde hace décadas reciben una enojosa prebenda, en realidad  le hacen un flaco servicio a la nación, además de que eso es un privilegio talmente irritante y que va en desmedro de un sector poblacional para beneficiar a otro sector y eso no debe ser.

Otro aspecto preocupante lo constituye y es lo peor el hecho de que grupos, igualmente bien conocidos que manejan mercadería importada se las ingenian para realizar evasiones fiscales millonarias, en ocasiones con la manipulación de las facturas de origen, así como haciendo mil diabluras para evitar pagar los impuestos correspondientes, pero que bueno que las autoridades competentes de esa área, estrechan cada vez más la brecha a estos evasores.

Pero sería bueno preguntarse, a cuánto asciende la evasión fiscal anualmente en la República Dominicana? El Estado no tiene la capacidad suficiente para evitar o bajar al máximo esa mala práctica que daña al propio Estado y a la gente en sí? Se habla de que en la República Dominicana la evasión es de la más alta del Caribe, lo que obviamente afecta negativamente nuestro sistema tributario; a ese aspecto es al que hay que ponerle la mayor atención y encaminar los esfuerzos hacia ese punto.

Aunque hay que saber que en caso de la elusión fiscal muchas veces la propia ley y la norma aduanal tienen debilidades que le permiten a los evasores eludir el pago real de sus mercaderías, como el caso de los genéricos, aquí lógicamente el importador va a pedir que le coloquen su mercadería en la categoría en donde la nomenclatura aduanal le permita pagar menos y aunque eso no es evasión afecta al Estado.

Estamos seguros que con sólo regular el sector informal, revisar profunda y equilibradamente las exenciones, controlar al máximo la evasión fiscal, reorientar la nomenclatura aduanal para que a su vez sea regulada la elusión fiscal entre otros aspectos no menos importantes; sólo con eso bastaría para que recuperemos miles y miles de millones de pesos, AHORA ES EL MOMENTO. Qué les parece?

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