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El gobierno boliviano ha informado que más de 200 soldados han sido retenidos en la región del Chapare, departamento de Cochabamba, por seguidores del expresidente Evo Morales. Según el comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores, al menos tres unidades militares fueron asaltadas por grupos irregulares, quienes además se apoderaron de armamento y municiones dentro de las instalaciones castrenses.
Este incidente ocurre en el contexto de las protestas de los seguidores de Morales, quienes han bloqueado carreteras durante las últimas tres semanas para impedir su arresto. Morales sostiene que los cargos en su contra son fabricaciones para evitar su regreso a la política y desafiar la administración del actual presidente, Luis Arce, quien fue su aliado cercano.
Para enfrentar los bloqueos, el gobierno de Arce envió tropas a Cochabamba con el fin de ayudar a la policía en el despeje de las vías. Sin embargo, videos difundidos en redes muestran a soldados rodeados por manifestantes, quienes denuncian condiciones de rehenes, sin acceso a agua ni electricidad.
Morales, que inicialmente había amenazado con una huelga de hambre si el gobierno no aceptaba negociar, pidió luego a sus simpatizantes suspender los bloqueos para «evitar el derramamiento de sangre». Sin embargo, las tensiones han escalado y se han extendido a demandas por la renuncia de Arce, alimentadas por el descontento popular debido al incremento de precios de alimentos y combustible, así como a la escasez de bienes básicos.
Los enfrentamientos ya han dejado al menos 90 personas heridas, en su mayoría uniformados. La situación en Bolivia sigue siendo inestable, con un panorama político y social cada vez más polarizado entre el gobierno actual y los seguidores del expresidente Morales, quien además enfrenta investigaciones por presuntos delitos de estupro y trata de personas, cargos que él niega rotundamente.