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CÉSAR DALMASÍ
En el año 1940 la Iglesia católica fundó el Movimiento Familiar Cristiano MFC, con el interés de promover la participación activa y la vivencia de los valores a través de la doctrina social de la iglesia; ese movimiento tiene presencia en una gran cantidad de países de nuestro planeta y aquí en la República Dominicana en el año 1971 el poder ejecutivo a solicitud del referido movimiento,emitió el decreto 1656 que designa al mes de noviembre como el mes de la familia.
Visto todo lo anterior y ya llegando a la postrimería de este mes de noviembre 2024, comparto con mis lectores la siguiente inquietud y reflexión sobre la familia; primero debo decir que para saber hacia dónde nos dirigimos es necesario saber con exactitud en dónde estamos; como sabemos la humanidad en la actualidad está viviendo el final de la segunda década del tercer milenio, o sea, el llamado siglo 21.
Ahora bien, veamos a grandes rasgos cuáles parámetros definen el momento histórico que vive la humanidad y por vía de consecuencia lo que ocurre en relación a la familia en este espacio y tiempo, ya que es innegable que en el último siglo y especialmente en los últimos diez lustros ha habido un desarrollo extraordinario de la ciencia y del conocimiento en sentido general, lo cual de alguna forma ha devenido en favor de la humanidad, aunque concomitantemente a ésta realidad, también observamos el crecimiento de la violencia, el egocentrismo, la desobediencia, el individualismo y muy especialmente el rechazo a las normas y leyes naturales que rigen la vida del ser humano.
Así tenemos que el hombre quiere ser mujer y viceversa, el flaco quiere ser gordo y al revés, el negro quiere ser blanco y así por el estilo; todo esto ha ido desarrollando una cultura de rechazo a lo natural, rechazo a la ética y buenas costumbres y esto se ha ido haciendo tan cotidiano que va poco a poco aceptándose como normal, cuando en realidad, lo malo es malo siempre.
Esa misma cultura y fenómeno social ha ido provocando especialmente en nuestros jóvenes el desinterés al matrimonio, ha crecido el desamor en el marco general, lo que a su vez conlleva a un gran irrespeto a la vida humana al grado de que la plutocracia que rige el mundo considera al ser humano no como tal sino como un número estadístico y como un ente meramente de consumo o más bien se ha ido implantado una sociedad de consumistas.
Y hay que decir de forma medular y sin ningún pavor que esa misma Plutocracia es quien ha estado propiciando esos movimientos puramente conceptuales sobre Ideología de Género, Feminismo, Nueva Era, Movimientos LGTB y no sé cuántas letras más, los cuales particularmente respeto pero no comparto en absoluto su pensamiento, su propósito, su sentir y su modo de actuar; todo esto no es más que un interés maldito y mal sano de destruir la familia nuclear, anteponiendo lo económico por encima de lo humano e incluso de lo esencialmente natural.
Ante toda esta realidad la familia tiene grandes retos y desafíos a los cuales ha de enfrentarse,siendo en primer lugar no tener miedo, aunque sí ha de preocuparse y ocuparse seriamente de salvaguardarse; enfrentando y afrontando con dignidad, valentía y gallardía la realidad histórica que le ha tocado vivir y aquí recordamos las palabras que Dios le dijo a Josué tras la muerte de Moisés,cuando lo animaba para la conquista de la tierra prometida y el cruce del Río Jordán “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente, no desmayes ni tengas miedo, porque el Señor tu Dios es contigo en todo momento» Josué 1/9.
Ante todo esto la familia ha de seguir avanzando con fe, siempre confiando en que Dios le asiste, no importa que parezca que somos los únicos que vamos en contra vía; pero también la familia debe estar clara en reconocer que muchos aspectos de esta realidad actual no podrán ser cambiando, pero a su vez siendo consciente de que sí se puede cambiar ese micro mundo llamado familia, viéndolo desde el punto de vista individual y particular de cada familia, para que así no perezca la misma yésta logre no sólo adaptarse si no empoderarse cada vez más para resistir y no desaparecer y clarosiempre repeliendo lo que es contra lo natural.
Sin embargo creo que el más importante y mayor reto que tenemos es reconstruir la familia, hoy que esa familia está siendo bombardeada por todos los flancos; definitivamente que éste es el gran compromiso de los padres y de los hijos, lograr esa difícil pero necesaria reconstrucción.
No cabe dudas ni se cuestiona que el mayor y más preciado tesoro de una persona después de Dios es su familia, toda vez que la familia es la forjadora de la vida, es la base y sostén emocional y físico de quienes la conforman, especialmente de los hijos; la familia es la esperanza, es el futuro y lo que sembremos hoy eso cosecharemos mañana, pero reitero la familia nuclear, la creada por Dios.
La familia es la fuente que nutre la semilla que dará frutos en el futuro y si esa fuente está contaminada también contaminará esa semilla y viceversa, la familia es un estado emocional en la cual existe una dependencia entre unos y otros, pero más aún la familia es una realidad espiritual y es la obra perfecta y maravillosa de Dios.
Finalmente y muy importante es que debemos saber quiénes son los enemigos de la familia, en primer lugar el enemigo número uno es el Diablo o Satanás y lo es porque como hemos dicho la familia es una obra maravillosa de Dios, otro enemigo lo constituye el llamado nuevo orden mundial y esto de Nuevo Orden no es más que una teoría conspirativa que busca establecer un sistema único y universal de gobierno, aupados por los elitistas y plutócratas del mundo o sea por los sectores económicamente poderosos; otro enemigo de la familia es la llamada Ideología de Géneros, de manera que en estos tiempos de grandes avances y a su vez de gran deterioro moral, lo correcto es defender a la familia y estar asidos de Dios
