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Mientras varios países de América Latina registraron un incremento alarmante de casos de dengue en 2024, República Dominicana destacó por lograr una reducción significativa en las infecciones reportadas. Esto se atribuye a una efectiva estrategia nacional de prevención y control del mosquito Aedes aegypti, principal transmisor de la enfermedad.
La situación en América Latina
El dengue alcanzó cifras récord en países de América del Sur como Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay, Perú, Ecuador y Colombia. En América Central, naciones como Honduras, Nicaragua, Belice, Panamá, El Salvador, Costa Rica y Guatemala también enfrentaron aumentos exponenciales en el número de casos. México, por su parte, experimentó niveles históricos de infecciones notificadas.
El caso dominicano: Un enfoque exitoso
A diferencia de esta tendencia regional, República Dominicana implementó medidas innovadoras y consistentes que permitieron contener la propagación del virus. Entre las estrategias destacadas están:
- Campañas masivas de educación ciudadana, enfocadas en la eliminación de criaderos de mosquitos.
- Refuerzo de la vigilancia epidemiológica, que permitió identificar y tratar los brotes en sus primeras etapas.
- Jornadas de fumigación y distribución de larvicidas, especialmente en zonas de alto riesgo.
- Fortalecimiento del sistema de salud, con una respuesta más rápida y efectiva para el diagnóstico y tratamiento de casos sospechosos.
Reconocimiento internacional
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha reconocido los esfuerzos del país caribeño como un modelo para la región. Las autoridades locales han señalado que mantendrán estas políticas y buscarán fortalecer aún más los programas de prevención en 2025, con el objetivo de consolidar los avances logrados.
Un reto global
El dengue sigue siendo una preocupación creciente en el continente. Expertos advierten que el cambio climático, la urbanización y la falta de acceso a servicios básicos son factores que facilitan la proliferación del mosquito transmisor. En este contexto, la experiencia de República Dominicana puede servir como referencia para otras naciones que enfrentan el desafío de controlar esta enfermedad.
