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El ministro de Hacienda de Brasil, Fernando Haddad, afirmó este miércoles que el gobierno brasileño no tomará represalias contra los aranceles del 25% impuestos por la administración de Donald Trump a las importaciones de acero y aluminio.
Haddad explicó que la decisión responde a una directriz del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien ha solicitado prudencia en medio de la creciente tensión comercial con Estados Unidos. El ministro destacó que Brasil ha negociado en condiciones más adversas en el pasado y que el comercio entre ambos países es equilibrado, por lo que Washington podría resultar afectado por sus propias medidas.
El anuncio se dio tras una reunión en Brasilia con representantes del sector siderúrgico, quienes presentaron propuestas para mitigar el impacto de los aranceles en la industria local. Brasil, que es el segundo mayor proveedor de acero a Estados Unidos después de Canadá, exportó casi la mitad de su producción a ese mercado en 2023.
Aunque en un principio Lula había advertido sobre una posible respuesta con medidas recíprocas, el gobierno brasileño optó por el diálogo y la vía diplomática. La semana pasada, Brasil y Estados Unidos acordaron la creación de un grupo de trabajo para discutir los aranceles y su impacto en el comercio bilateral, el cual asciende a 80.000 millones de dólares anuales.
Mientras tanto, el sector siderúrgico brasileño continúa con sus planes de inversión. La siderúrgica Gerdau anunció una ampliación de su planta en Ouro Branco con una inversión de 1.500 millones de reales, aumentando en 200.000 toneladas su capacidad de producción anual de bobinas de acero, aunque destinadas al mercado interno.
Los nuevos aranceles han generado preocupación en la industria, dado que casi la mitad del acero brasileño se dirige a Estados Unidos. Sin embargo, el gobierno de Lula apuesta por la negociación en lugar de represalias inmediatas, manteniendo abiertas las puertas del diálogo con Washington.