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El exlanzador de Grandes Ligas fue despedido entre lágrimas, aplausos y recuerdos por familiares, amigos y la comunidad deportiva.
Santo Domingo. – En medio de una profunda conmoción nacional, familiares, amigos y destacadas figuras del béisbol dominicano dieron este jueves el último adiós a Octavio Dotel, quien falleció el pasado martes durante el trágico colapso del techo en la discoteca Jet Set, en la capital dominicana.
Las honras fúnebres del exlanzador de Grandes Ligas se llevaron a cabo desde el miércoles en el Jardín Memorial. Su esposa, Massiel Javier de Dotel, junto a sus tres hijos, estuvo acompañada por allegados, excompañeros de equipo y representantes del béisbol profesional que acudieron a rendirle homenaje.
Dotel fue recordado no solo por su talento en el montículo, sino por su carisma, alegría y entrega dentro y fuera del terreno de juego, cualidades que lo convirtieron en una figura entrañable dentro del deporte nacional e internacional.
Legado de una estrella
Con una carrera destacada en las Grandes Ligas, Octavio Dotel militó en trece equipos de MLB, marcando récords como lanzador relevista y siendo reconocido por su versatilidad y consistencia. Su trayectoria le valió el respeto de sus colegas y el cariño del público.
“Más que un pelotero, Octavio fue un amigo, un hermano, un ser humano ejemplar que amaba a su familia y a su país”, expresó uno de sus compañeros durante el acto.
El béisbol dominicano pierde a una de sus figuras más carismáticas, cuyo legado permanecerá en la memoria de quienes lo vieron brillar en el diamante y lo conocieron como ser humano.
La comunidad deportiva y el pueblo dominicano exigen ahora justicia y respuestas sobre lo ocurrido en Jet Set, mientras se mantiene el duelo por la pérdida de vidas humanas, entre ellas la de uno de los grandes íconos del deporte nacional.