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Santo Domingo.– Este domingo se celebró el Domingo de Ramos, fecha que marca el inicio de la Semana Santa y que conmemora la entrada triunfal de Jesucristo en Jerusalén, según narran los evangelios del Nuevo Testamento. En esta jornada, miles de feligreses se congregaron en distintas iglesias del país para participar en las liturgias y bendiciones tradicionales.
La celebración, ampliamente extendida entre las iglesias cristianas del mundo, se basa en los relatos de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, quienes coinciden en que Jesús entró en Jerusalén montado sobre un burro y fue recibido por una multitud que agitaba ramas de palma al grito de “¡Hosanna!, ¡Hosanna!, bendito el que viene en el nombre del Señor”.
En la mayoría de las iglesias dominicanas, como ocurre en muchas otras regiones del mundo, los creyentes recibieron y llevaron a casa ramas bendecidas de palma o de árboles nativos, un gesto simbólico que rememora el recibimiento que se le dio a Jesús. En lugares donde no hay acceso fácil a palmas, se utilizan otras especies como olivo o sauce.
La práctica de colgar las ramas bendecidas en los hogares o colocarlas junto a cruces y Biblias forma parte de una tradición de fe que conecta al creyente con el mensaje de humildad y sacrificio que encarna la Semana Santa.
De acuerdo con el Evangelio de Juan, este evento ocurrió seis días antes de la Pascua y es antecedido por la resurrección de Lázaro, que también es recordada en el calendario litúrgico, especialmente por las iglesias ortodoxas y las católicas de rito bizantino, el Sábado de Lázaro.
La Semana Santa continúa con otros actos conmemorativos como la última cena, la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Para millones de cristianos, representa un tiempo de introspección, reconciliación espiritual y renovación de la fe.
La tradición del Domingo de Ramos se mantiene viva en cada rincón del país, marcando el comienzo de una de las semanas más significativas para el cristianismo.