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El Papa Francisco mantiene su deseo de presidir la tradicional bendición Urbi et Orbi este Domingo de Resurrección desde el balcón central de la basílica de San Pedro, aunque su participación definitiva dependerá del estado de salud en el que se encuentre al momento de la ceremonia. Así lo informó este sábado la oficina de prensa del Vaticano.
El Pontífice, de 87 años, continúa recuperándose de una infección respiratoria que lo mantuvo ingresado durante 38 días en el hospital Gemelli, de donde fue dado de alta el pasado 23 de marzo. Aunque aparece en el programa oficial de la misa de Pascua, su presencia aún está sujeta a evolución médica.
Durante esta Semana Santa, el Papa ha estado ausente en la mayoría de los ritos litúrgicos del Vaticano. Solo se le vio en la tarde del Jueves Santo cuando visitó la cárcel romana de Regina Coeli para saludar a los reclusos, una tradición que ha mantenido desde el inicio de su pontificado.
La misa del Domingo de Resurrección será celebrada por el cardenal Angelo Comastri en la plaza de San Pedro, mientras se espera que Francisco se asome al balcón para ofrecer su mensaje pascual. Se estima que un colaborador leerá el discurso en su nombre, y luego el Papa impartirá la bendición Urbi et Orbi, que se realiza únicamente en Navidad y Pascua.
En su breve contacto con la prensa durante su visita a la prisión, el Papa mostró ánimo y cercanía. Al ser preguntado por cómo vivía esta Semana Santa, respondió con voz débil: “La vivo como puedo”. También expresó una reflexión personal sobre su visita a los centros penitenciarios: “Cada vez que entro en un lugar como este me pregunto por qué ellos y no yo”.
Durante su estancia en la cárcel, el Papa saludó a unos 70 internos, rezó junto a ellos y les transmitió un mensaje de esperanza. “Rezo por vosotros y por vuestras familias”, les dijo antes de concluir el encuentro con una oración conjunta y su bendición.
Francisco continúa usando silla de ruedas debido a sus problemas de movilidad, aunque en esta ocasión apareció sin las cánulas de oxígeno que utilizó en días anteriores. Su intención de participar en la bendición de Pascua representa un signo de su compromiso con los fieles, aun en medio de su delicado estado de salud.
