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El dominicano protagonizó una jugada clave en su primer turno al bate, demostrando compromiso y respuesta ante las críticas
WASHINGTON D.C. – El Nationals Park se llenó de emoción y nostalgia al recibir nuevamente a uno de sus grandes héroes: Juan Soto, ahora vistiendo el uniforme de los New York Mets. El estelar jardinero dominicano, quien ayudó a los Nationals a conquistar su histórico título de Serie Mundial en 2019, regresó a la capital estadounidense como rival, en el inicio de una serie de tres partidos correspondiente al calendario del 25 de abril de las Grandes Ligas.
El enfrentamiento entre los Mets y los Nationals tuvo un contexto contrastante en cuanto a rendimiento: New York Metsllegó con un sólido récord de 18-7, liderando la División Este de la Liga Nacional, mientras que Washington ocupa el cuarto lugar, con un registro negativo de 11-14, a siete juegos del liderato.
Una lección de béisbol básico: correr siempre con el corazón
Juan Soto, en su primer turno al bate, ofreció una demostración ejemplar de lo que significa correr con inteligencia y entrega, uno de los fundamentos más clásicos del béisbol.
Con un out en la pizarra, tras el retiro del boricua Francisco Lindor, el lanzador de los Nationals Jake Irvin se midió a Soto en un intenso turno que se extendió a siete lanzamientos. En cuenta de 3-2, Irvin dejó una curva en la zona media a 80.5 MPH, la cual Soto conectó con fuerza moderada (95.8 MPH) hacia la primera base.
Lo que parecía un rodado de rutina se convirtió en una jugada de dos errores para Washington: Nathaniel Lowe, inicialista de los Nationals, no pudo controlar el batazo y, tras intentar corregir con un tiro al relevo, su equipo cometió una segunda pifia que Soto aprovechó para llegar hasta la segunda base. Todo gracias a su instinto agresivo en el corrido de bases.
Soto responde con hechos a las críticas de su ofensiva
En este inicio de temporada, Juan Soto ha sido objeto de cuestionamientos por su bajo promedio al bate, algo que ha generado preocupación entre los fanáticos neoyorquinos. Sin embargo, el propio jugador ha manifestado su deseo de aportar al equipo más allá del bateo, como se evidenció en la jugada de este jueves.
“Si los batazos no llegan, hay que hacer otras cosas”, expresó Soto recientemente a los medios. Y eso fue precisamente lo que hizo: transformar un rodado aparentemente inofensivo en una oportunidad de presión ofensiva que ayudó a mantener el impulso de su equipo.
Una ovación que recordó viejos tiempos
El regreso de Soto al Nationals Park no pasó desapercibido. Los aficionados locales, aunque divididos por la camiseta que ahora porta, reconocieron con aplausos al jugador que fue pieza clave en el campeonato de 2019. Su energía, carisma y actitud competitiva siguen intactos, y su actuación ante su antiguo equipo dejó claro que aún tiene mucho que ofrecer en esta nueva etapa con los Mets.