Durante su intervención en la cumbre de la Comunidad del Caribe (Caricom), el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva hizo un llamado urgente a la acción en Haití, el país más pobre de la región, que enfrenta una crisis humanitaria y política devastadora.
Lula instó a la comunidad internacional a actuar con rapidez para aliviar el sufrimiento de la población haitiana, que se encuentra desgarrada por la violencia de las pandillas y las protestas contra el primer ministro Ariel Henry.
El acuerdo político anunciado, que incluye compartir el poder con la oposición y la promesa de unas elecciones dentro de un año, ofrece una esperanza en medio de la turbulencia que ha seguido a la muerte del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021.
Sin embargo, las promesas anteriores de Henry han quedado sin concretarse, y la comunidad internacional espera acciones concretas y un compromiso real para abordar la crisis institucional y la inseguridad que azota a Haití.
Mientras tanto, la espera de una fuerza multinacional para ayudar a enfrentar a las pandillas es urgente. A pesar de los obstáculos, países como Benín han anunciado su disposición a enviar efectivos, pero se espera un liderazgo más activo por parte de naciones como Estados Unidos, Francia y Canadá.
En este momento crítico, la estabilidad y el futuro de Haití dependen de la acción decidida y coordinada de la comunidad internacional para enfrentar los desafíos que enfrenta este país caribeño.